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Reflexión sobre OALA con miras a sus 50 años

[4 hermanos jóvenes ofrecieron sus reflexiones personales sobre las esperanzas que tienen por la OALA con miras hacia su 50 aniversario]


Fray Claudio Zambrano, Equipo de Animación (Colombia):

QUÉ ESPECTATIVA TENGO DE LA OALA EN LOS PROXIMOS 10 AÑOS

Recogiendo en estas pocas palabras el sentir que como hermano tengo de la OALA, quiero antes que proponer las expectativas para los próximos 10 años, agradecer a esta Organización por los momentos de integración que ha generado entre los frailes que peregrinan en América Latina, ella hace que la fraternidad agustiniana se sienta en cada encuentro; pues la generosidad y hospitalidad brilla en cada uno de los lugares donde se han realizado encuentros en favor de la formación permanente de los hermanos. 

Son 40 años los que cumple esta organización, he llegado a esta celebración en sus últimos años y me uno con el gozo de los hermanos que han caminado en la conformación y proyección de la OALA, han apostado por mantener vivo el Espíritu de San Agustín en estas latitudes y buscan cualificar nuestro servicio como frailes al Servicio de la Iglesia. 

¿Qué espero de la OALA?

Que se fortalezca y se cualifique,  que mantenga su fidelidad a la crítica constructiva en la Orden, a la animación para renovar nuestro carisma al servicio de la Iglesia; es decir que seamos verdaderos pedagogos de la interioridad; también en la coordinación de una reflexión más rica y mejorada de la espiritualidad agustiniana.

Si bien es cierto se ha superado la barrera del "provincialismo", es  hora que OALA se abra a las espiritualidades que están inspiradas en Nuestro Padre San Agustín. De esta manera lograr que nuestra Orden sea la casa que busque lazos de unión y congregue a los Agustinos Recoletos, a las Agustinas Misioneras, Agustinas Recoletas, Agustinos Asuncionistas, Agustinas del Amparo, etc.

Por último la renovación de la Orden no vendrá de afuera, seremos cada uno de nosotros los que hagamos fructífera y esperanzadora esta obra; y para animarnos en ese proceso el Señor ha suscitado este instrumento de la OALA, para que sea de provecho y ayuda en el camino de renovación y revitalización. 

Que el Señor nos dé un Espíritu nuevo para que nuestra presencia en la Iglesia sea carismática significativa y atrayente.

En unidad de almas y corazones  

 

Fray Eduardo Flauzino Mendes, Representante Regional (Federación de Brasil):

Contó su experiencia y la cercanía que tiene a OALA. En el 2007 entendió la misión de la OALA. En este año fue elegido para formar parte del consejo de la secretaria. Esto hizo que despertara el interés por conocer más y promover la unidad en las diferentes circunscripciones de América Latina.

En el curso de formación permanente para frailes menores de cinco años de votos solemnes realizado en  enero del 2008 en la ciudad de Lima-Perú, pudo sentir uno de los grandes logros de la OALA; ver la integración fraterna de muchos agustinos jóvenes.

Lo que espera es que la OALA provoque mover los corazones en cada uno de los hermanos, para sentir que la OALA es nuestra.   

 

Fray Ricardo Guzmán Mendoza, Equipo de Animación(Michoacán):

Una de las cualidades que tuvieron los profetas bíblicos fue la de «predecir el futuro», pero no porque se tratase de «ancestros de Nostradamus», sino porque hacían una interpretación carismática del presente; eran «analistas» de la realidad histórica, social, política, militar y hasta económica en la que vivían. En el futuro veían siempre la mano de Dios, a veces trágico, a veces exitoso, pero siempre con una esperanza en la salvación.

Con motivo de esta celebración de los 40 años de OALA, se me pidió hacer una reflexión sobre lo que veo y espero para OALA en el futuro. Esta reflexión futura parte de mi experiencia y, como los profetas, de la situación actual. No pretendo paragonarme con los ellos, pues no poseo semejante carisma, pero sí me encomiendo al Espíritu y deseo un futuro esperanzador y propositivo.

A pesar de que la situación de América Latina está en continuo cambio, siguen permaneciendo muchos de los granes lastres que han aquejado esta parte del hemisferio: pobreza, corrupción, impunidad, discriminación, etc.; a lo que se unen ideas egoístas, hedonistas y seculares que promueven el consumismo desenfrenado valorando más el tener que el ser.

Como Agustinos tenemos que seguir afrontando estos desafíos, y una de las tareas de OALA es hacernos más conscientes, y sobre todo, responsables para aportar soluciones ante estos males, siguiendo la rica espiritualidad de nuestra Orden; por lo que quiero y veo a OALA  enarbolando la bandera de la justicia que contagie a todos y cada uno de los agustinos de América Latina, para poner nuestro granito de arena, y todos juntos aportemos soluciones a partir de nuestro carisma comunitario.

Creo que todos hemos oído hablar de OALA pero no muchos saben lo que hace o para qué sirve, salvo los que están relacionados con su organización y su función; algunos saben de ella y participan pero por la atracción de los viajes. Algunos relacionan OALA con el movimiento de renovación de la Orden en América Latina, cuando en realidad no tenían nada o muy poco que ver.

Una de las cosas que veo para OALA es una presencia más sustancial en la vida de los hermanos: OALA representará dentro de 10 años: unidad, hermandad, pertenencia, solidaridad, evangelización, presencia latinoamericana, etc.

No podemos encerrarnos en nuestra Circunscripción, es verdad que cada una tiene sus propios desafíos y problemas, pero para qué es la familia si no para apoyarse. OALA será la primera promotora de la unidad y la colaboración entre los hermanos de América Latina. Tenemos de nuestro lado el idioma, el español y el portugués, ambos de lenguas romances fácilmente comunicables.

OALA ha hecho mucho para promover la unión y ser reflejo de nuestra espiritualidad en América Latina, pero aún falta. OALA no será vista sólo como la directiva o los delgados de base, todos nos identificaremos con OALA. A través de ella no veremos reflejados todos y cada uno de los agustinos latinoamericanos, nacidos o adoptados. Es necesaria una verdadera presencia en cada una de las Circunscripciones, un compromiso de todos por hacernos sentir una gran familia, una sola comunidad.

OALA debe servir de enlace, estrechar lazos. Veo a OALA más agresiva, no simplemente informativa, sino como una verdadera promotora de la identidad y la espiritualidad agustiniana para la Iglesia de Latinoamérica.

Los religiosos agustinos, en ocasiones «nos dormimos en nuestros laureles», nos dejamos llevar por la vorágine de la sociedad, incluso abandonamos nuestros ideales agustinianos por buscar los bienes terrenos en detrimento de la esperanza futura. OALA, en apoyo de las diferentes circunscripciones, fomentará la reflexión y la praxis de una verdadera comunidad fraterna, signo y testimonio para la misma Orden y la sociedad de América Latina.

Los agustinos somos depositarios de una rico y extraordinario tesoro espiritual, cultural e intelectual, a veces abandonado o sólo promovido por algunos pocos, que sin contar con el apoyo, se sienten comprometidos a preservarlo y darlo a conocer; OALA, a sabiendas de esto, coordinará e impulsará entre los distintos estudiosos e investigadores el intercambio y la colaboración de personal y material entre las diferentes Circunscripciones, con el fin de conservar, aumentar, promover y difundir este tesoro invaluable.

No sabemos dónde estaremos dentro de 10 años, pero OALA seguirá haciendo presencia en nuestras vidas; estará más fortalecida, más valorada y más apoyada. Habrá un mayor compromiso hacia OALA, al haber más compromiso en nuestra vida comunitaria y personal. OALA será punto de referencia para abrirnos a las demás comunidades y Circunscripciones; será signo de unidad y pertenencia, desafío y cumplimiento, deseo y esperanza; pero sobre todo, presencia contante de los valores agustinos que aporten al establecimiento del Reino de Dios en esta parte del mundo.

Que Dios Padre envíe su Espíritu sobre cada uno de los miembros de nuestra Orden, para que juntos y siguiendo el ejemplo y el ideal de nuestro padre san Agustín, podamos construir la gran comunidad de hermanos y así cumplamos con el mandamiento del amor instituido por Jesucristo nuestro Señor. Amén 

Fray Patricio Villalba, Representante Regional (Ecuador):

 OALA “50 años”

Cuarenta años han pasado desde que se cristalizo esté organismo dentro de la Orden en esta porción de nuestra América Latina, la mayoría de esos pioneros ya no están con nosotros, uno nos acompaña y otros esperan con expectativa nuestro regreso para escuchar novedades e impresiones. La primera pregunta podría ser: ¿Tiene “su” OALA el dinamismo que vislumbraron? Las respuestas pueden ser simples o no, en otros  casos habrá matices o tintes, unos dirán que con creces, otros hasta se sentirán traicionados y podrán creer que se extravió el sendero fijado. Como si ese trazarlo fuera sencillo y, seguir solamente la línea trazada fuera posible.

¿Cómo podemos decirles desde este lugar en que celebramos agradecidos su entrega que el sueño permanece y permanecerá dentro de 10 años cuando anhelamos dar sentido al título de esta mi presentación? Su presencia aquí dice que los encuentros continuaran: asambleas generales con superiores mayores como ustedes o quizá también con ustedes, unidos a delegados de base que harán programaciones y se las encargarán a una directiva o secretaría general para que la ejecute.   

Representantes regionales con representantes por áreas temáticas se juntarán con el secretario general de OALA y de ahí saldrán acciones para ejecutar en cada rincón donde estamos presentes. La pregunta es: ¿realmente se ejecutaran? ¿Habrá ejecutores o ejecutivos? (como se les quiera llamar).  OALA más que nunca necesita de sus delegados de base, que deben ser elegidos en las circunscripciones antes de las Asambleas generales para poder comprometerse con un proyecto y convertirse en animadores del proyecto.

Un problema compartido por la mayoría de nosotros, es la que la queja ya casi eterna: “somos pocos”,” cada vez somos menos” “el trabajo -en el mejor de los casos-, es el mismo”, pero cómo queremos dar muestras no sé si de vitalidad o de algo más….  asumimos siempre más y estamos cada vez peor. Sin tiempo para nada, sin tiempo para nadie. ¿Por qué somos pocos? Dios así lo ha querido, ¿así lo quiere? ¿Con qué propósito? ¿No será quizá que somos nosotros quienes consciente o inconscientemente así lo quisimos, o lo que sería peor, así lo queremos todavía?  

Que sucede, ¿no invitamos con la vida y con las palabras a conocernos? ¿Estamos respondiendo a nuestra misión encarnando los consejos evangélicos, los valores de Agustín y la exigencia de nuestra tierra?

 ¿Han respondido o no los jóvenes a ese llamado que no es nuestro sino del Jesús encarnado que sigue caminando entre nosotros y a quien creo que en ciertas ocasiones  no reconocemos y menos aún  seguimos? ¿Es cierto que está es una generación perdida que se deja llevar hacia la nada o somos nosotros quienes la estamos perdiendo con acciones, pero también con omisiones?  No se trata por tanto de revisar o actualizar solamente los proyectos o programas de animación vocacional o acompañamiento en la formación inicial, sino ante todo de revisar “nosotros” nuestra consagración y testimonio religioso en la formación permanente. La responsabilidad  no sólo es de los que después de ilusionarnos en nuestras casas de formación o incluso en nuestras comunidades ya formadas, deciden irse. Siempre serán libres de hacerlo, la cuestión es porque no proponemos/vivimos algo para que se queden. ¿Qué tan críticos somos con nuestra vida? No con la de los demás. ¿No será esa nuestra mejor manera de animarnos y animar a otros? Si es así hay mucho por coordinar en reuniones como ésta. Para que la celebración de los 50 años sea posible. Eh aquí la triple misión de OALA, que afortunadamente es tarea pendiente, no sólo para Dios, sino ante todo para nosotros, entonces con Jesucristo podremos decir sintiendo con el corazón, lo que decimos con los labios. Venga a nosotros tu reino y hágase tu voluntad, porque aquí estamos nosotros, para hacer TU voluntad.