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ENCUENTRO CONTINENTAL DE EDUCADORES AGUSTINIANOS “EDUCACIÓN AGUSTINIANA Y
PROYECTO PASTORAL” TRUJILLO, PERÚ – ENERO
2010 EL PROYECTO DE PASTORAL
1.- Conseguir
que nuestros colegios sean ante todo centros de evangelización mediante la
acción coordinada de los distintos agentes educativos que los integran,
especialmente con la implicación y el testimonio del profesorado religioso
y seglar. 2. Mantener y potenciar los sistemas de
gestión de calidad en nuestros centros, con
vistas a responder a los retos que demanda nuestra sociedad actual. (Objetivos del Proyecto Capitular de INTRODUCCIÓN La educación hoy ha cambiado porque la
sociedad también ha cambiado y valora esta labor edu-cativa de manera
distinta a como lo hacía hace años. Antes se vivía, en general, en un
ambiente cristiano y la escuela era un aspecto más de esos ambientes
cristianos. La familia, la escuela y la sociedad antes eran coincidentes en
valores. Hoy no. La sociedad y la familia son pluralistas y secularizadas y
transmiten mensajes diferentes e incluso contradictorios. En estos momentos a Además, no olvidemos que la fe sociológica
nos ha dejado una herencia de dudoso valor; la fe se extendió más y mejor
cuando hubo oposición que cuando se dieron facilidades a partir de
Constantino. Por tanto, solo la fe vivida desde un sólido compromiso
personal puede irradiar e impregnar de fe la comunidad educativa. En este
sentido la fe de los laicos puede ser más significativa e importante que la
de los mismos religiosos. Nuestros colegios deben, además, dar
respuesta a la demanda de una sociedad plural y diversa que exige cada vez más
alto grado de calidad en los medios y en la competencia y preparación del
profesorado para transmitir valores y conocimientos. Un colegio malo difícilmente
podrá ser buen ámbito de evangelización. Del mismo modo, la actividad
pastoral necesita contar cada vez más con la colaboración de laicos
comprometidos, porque los religiosos –es obvio- cada vez somos menos, y
cada vez se va asimilando más que el mandato de Jesús “id y enseñad”
es para todos y no solo para los misioneros. Para ello es necesario integrar
al profesorado en organismos directamente encargados de planificar y dirigir
la acción pastoral y facilitarles todos los medios materiales y formativos
para que puedan contribuir eficazmente a la tarea evangelizadora; porque hoy
por hoy, la mayoría todavía no suele ser testimonio positivo de vida
cristiana. EL PROYECTO DE PASTORAL DINAMIZADOR DEL PROYECTO EDUCATIVO Los colegios católicos en general y los
agustinianos en particular, están bien considerados en todo el mundo,
suelen ser exitosos en el campo académico. También lo son en el campo económico,
por cierto, y en general tenemos buenas infraestructuras. Pero no podemos
decir lo mismo de nuestra incidencia en el campo de la evangelización. Y
eso que este es el motivo principal para hacer o mantener un colegio en
nuestra Orden. A pesar de nuestra larga presencia
en la educación no ha dado los éxitos esperados. Se ve que para el
campo pastoral se requiere hilar más fino. Hay ingredientes que no
manejamos, variables que se nos escapan de las manos, porque tal vez no están
ya en nuestras manos. Lo cierto es que el equipaje espiritual con que el
Colegio habilita a los alumnos/as, con el tiempo, y en general, lo van
dejando en el olvido, o va quedando bastante descafeinado en muchos de los
casos. Podríamos echar la culpa al tipo de
pastoral que se hacía antes, pero las modernas metodologías tampoco han
dado mejores resultados. Los resultados no se condicen con los objetivos
deseados y esto nos plantea serios desafíos a los que estamos en educación.
(Y por eso el tema de éste Encuentro). Por otra parte los documentos de AGUSTÍN INSPIRADOR Si buscamos inspiración en San Agustín,
podremos encontrar algunas luces porque él fue un eminente educador y se
pasó la mayor parte de su vida educando y evangelizando, desde el
púlpito y la pluma especialmente, además de la animación
comunitaria. En la lógica de Agustín educar y evangelizar van parejos. El
no quiso elaborar un sistema educativo para enseñar solo conocimientos,
sino para formar cristianos. Se trata de la formación de la persona en
cuanto a su ser, no solo en cuanto a su instrucción o tener.
Y es que Agustín parte de que, el hombre, como criatura de Dios,
solo tiene un destino adecuado: Dios mismo, pues “nos hiciste, Señor,
para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que no descanse en Ti”.
Por tanto, si Dios es la meta, la educación debe ser también un camino,
uno de tantos como hay, para ayudar al hombre a conseguir, de la mejor
manera, el fin al que ha sido destinado. El proceso educativo se convierte
así en un camino de perfección, de imitatio Christi, el modelo de hombre,
de salvación cristiana. El itinerario de Agustín ilustra mucho y
bien lo que puede hacer la educación y la familia porque él fue el
resultado de dos siembras: la de su padre, pagano, ambicionando títulos,
honores, dinero y posición social, y la de su madre, que lo único que quería
es poner la pasión de su hijo al servicio de Cristo. Menos mal que triunfó
la semilla de Mónica, porque sino, hoy no sabríamos quien fue Aurelio
Agustín. Educar es fundamentalmente sembrar, y a
todos nos gusta más la época de la cosecha, pero es así, educar es
sementera y la simiente puede caer en muchos tipos de tierra. Ante el poco
éxito medible de nuestra siembra pastoral nos puede entrar la tentación de
educar solo hacia metas inmediatas (profesionales, económicas, de
status…) y obviar las metas y referencias últimas, sean estas religiosas
o humanas, con lo cual estaríamos contribuyendo a la estafa de lo que
significa dejar sin respuesta a los verdaderos interrogantes del hombre. La educación es integral, no deja fuera
ninguna dimensión humana, por tanto toda auténtica educación ha de
resultar evangelizadora y toda evangelización ha de ser educadora y
liberadora. El Evangelio ilumina y da el sentido a toda la existencia humana.
Casi se podría decir que educación y evangelización comparten los mismos
objetivos en orden a dar plenitud al ser humano, ambas apuntan a los valores,
a las aspiraciones más profundas del hombre, a la búsqueda de ¿Aceptamos el reto de la evangelización
en la escuela? ¿Qué implica mayormente? Primero preparar la tierra. ¿Cómo
está el campo hoy? Veamos la realidad, cada uno la suya: niños que se
abren a la vida, jóvenes desorientados, que experimentan la dura
incertidumbre de padres separados, o viven el reflejo de los conflictos que
viven sus padres. Por otra parte ya no solo educa el colegio, educan los
mass media, la calle, los amigos y esa simiente viene con la maleza, de un
mundo postcristiano, con una fe circunscrita al segmento de exclusivas luces
humanas. Familias y jóvenes cuyo único punto de contacto con EL PROYECTO EDUCATIVO Y EL PROYECTO
PASTORAL Cuando algún directivo o promotor habla
de evangelización en el Colegio la gente empieza a pensar en programa de
misas, celebraciones, retiros y clases de religión en un ambiente interno
de invernadero. Habría que desmontar ideas preconcebidas antes de comenzar,
porque la acción evangelizadora no se circunscribe solo a estos actos. Básicamente
se evangeliza desde la presen-cia y la cercanía a través de las actividad
académicas y extraescolares, por medio de gestos concretos y desde la base
de lo que lo que se es, constitutivamente, no desde lo que se postula teóricamente
en plan cumplimiento. Pero veamos operativamente. Todos nuestros colegios tienen un Proyecto
Educativo (PE). Es como la maqueta de un edificio. Es la arquitectura de
todos los elementos para conseguir las metas y los objetivos. Este engloba
el Proyecto Curricular (PC) (contenidos educativos, detallados, secuenciados
y progresivos a desarrollar) el Proyecto Organizativo (PO) (estructuras
organizativas que concretan lo expresado en el PE) y el Proyecto Pastoral
(PP). Con esos instrumentos edificamos. Esto
implica continuidad y coherencia de todo el claustro de profesores en torno
a los valores de nuestra escuela y a la labor de evangelización que se
realiza a través de todo el entramado escolar. La coherencia de un colegio
cristiano-agustiniano
dependerá en buena medida de la influencia dinamizadora que ejerza
el Proyecto de Pastoral al interior del Proyecto Educativo. Tenemos dos ámbitos
de pastoral: la académica que se desarrolla durante el tiempo académico y
dirigida a todos y la extra académica que participan los que libremente se
interesan. PRIORIDAD
Nº 1: EVANGELIZAR La escuela católica existe para
evangelizar, ese es su objetivo número uno y el que da sentido a su
existencia. La escuela católica es Iglesia y Pero, ¿qué entendemos por Evangelización?
Porque malas bases podremos asentar si no en-tendemos todos lo mismo
cuando hablamos de evangelización. La palabra Evangelio sale 157 veces en
el Concilio, y 49 evangelizar y
evangelización. Son términos que pueblan todos los documentos
eclesiales desde hace años. Por ejemplo, Pues bien, evangelizar es sentirse
portador de un mensaje de liberación, de amor fraterno, de transformación
de la persona desde adentro para a su vez transformar la sociedad.
“Evangelizar significa para Para llevar adelante la tarea educativa
evangelizadora, nuestra escuela, impulsada por el dinamismo profético,
orienta su PE a coordinar el conjunto de la cultura humana con el mensaje de
salvación tratando de inculturar el Evangelio para evangelizar la cultura.
Es obvio, pues que la formación cristiana del alumnado no puede plantearse
como un anexo, un añadido, un parche, un superpuesto a su formación
integral, sino que se entiende como una formación informadora de todas las
facetas a partir de una formación integral y sólida. La escuela católico/agustiniana
debe ser sinónima de buena escuela, de calidad, que evangeliza educando y
educa evangelizando. La clave de esto es crear un ambiente de
Comunidad Educativa animado por el espíritu
evangélico de libertad y caridad, para ayudar a los alumnos a que se
desarrollen como personas y crezcan en su dimensión trascendente. Así La evangelización es la razón de ser y
la misión fundamental de Las objeciones que suelen apuntar muchos
van siempre por el mismo camino: que desde el Colegio poco se puede hacer,
los chicos vienen a estudiar y no para otras cosas; que al colegio no se le
puede pedir todo, y para ese tema ya existen las parroquias, por tanto, a
cada uno lo suyo. Otros más sibilinos aceptan eso de evangelizar en el
Colegio pero se lo endosan al departamento de Educación en En realidad parecen objeciones fuertes
pero solo en apariencia. De hecho hoy se insiste mucho en que la escuela es
lugar de auténtica acción pastoral, comparte la misión evangelizadora de EL PROYECTO PASTORAL Todos los elementos de la escuela católica
deben integrarse en un mismo proceso de
evangelización y orientarse a la promoción total de la persona
desde el concepto cristiano del hombre. Cada Colegio debe elaborar su PP
pensando en promover el itinerario cristiano del alumno dentro del diseño
del PE. El Proyecto Pastoral se comprende y se concreta a través del
Proyecto Curricular, (porque este concreta el proceso educativo integral) y
a través del desarrollo de esa dimensión del PE más explícitamente
evangelizadora, de apertura y propuesta de fe concretada en el plan de
iniciación cristiana dentro de la escuela. El PP ha de satisfacer dos finalidades
complementarias: una, imprimir la opción evangelizadora a todo el proceso
educativo, es decir, organizar todo el colegio en clave pastoral y desde ahí,
dar unidad y coherencia a todo el proceso. Y la otra, programar la acción
pastoral que promueve el avance progresivo y secuenciado de la iniciación
cristiana. La característica esencial del PP es servir de fermento al PE en
orden a lograr un itinerario educativo cristiano. El PP no es solo pa-ra
prever las actividades religiosas a desarrollar, es el dinamizador de todo
el boscaje educativo. Si el anuncio, la profundización o la
celebración de la fe no fueran posibles, o fueran anexos des-contextualizados,
el PP estaría sobrando. Desde esta perspectiva el PP necesita de todo el
claustro de profesores como agentes en distintos grados y niveles.
Esto conlleva implicar a todos en las acciones evangelizadoras. Debe actuar
subsidiariamente y en colaboración con todos los demás planes, proyectos y
organismos fomentando la acción evangelizadora de cada uno de ellos. El PP
debe ser esencialmente transformador: se trata de cambiar la situación real
de los destinatarios de la acción educativa, en la dirección del proceso
evangelizador, poniendo sus mejores esfuerzos en las “zonas de desarrollo
próximo” además de prever la atención personalizada de cada alumno/a.
La plataforma educativa y evangelizadora
de un Colegio católico-agustiniano tiene que hacerse desde tres niveles: 1º
La propuesta antropológica agustiniana o manera de ser hombre o mujer en el
mundo. 2º Propuesta diálogo fe-cultura, que normalmente asume la enseñanza
religiosa y 3º Propuesta explícita de la fe que incluye la catequesis,
dentro o fuera del Colegio. CAMPOS DE 1. PROPUESTA ANTROPOLOGICA El PP puede desarrollarse en tres campos
concéntricos, referidos a los tres niveles de la
propuesta cristiana y que pueden darse en simultaneidad. Algunos lo llaman “pedagogía del umbral”
y es lo característico de la escuela agustiniana: una manera de ser y de
estar en el mundo, un estilo de ser hombre, una manera de insertarse en la
sociedad. Esta es la aportación que hace nuestra escuela desde la fe a la
construcción del hombre programada desde el PE. Se trata de pasar de una
situación pasiva a otra activa, situar al alumno ante el mundo de manera crítica,
enseñándole a leer sus claves y su significado según los valores
cristianos. Este es el rasgo, el sello, el talante, el duende de la escuela
católica/agustiniana. Esta pedagogía del umbral es el primer rasgo que
define a la escuela católica y tiene tres dimensiones: -Educación para la utopía o la esperanza:
es cultivar expectativas, preparar hombres que se nieguen a aceptar la
realidad actual como única realidad posible y se empeñen en su
transformación; es educar en el valor de la vida, su significado y su
destino, el sentido del más allá, la superación de las estructuras, la
capacidad de mejorar el mundo, o sea, sembrar el Reino. En cristiano, es
cultivar la esperanza mesiánica, abrir el hombre al Reino de Dios, ponerle
en el umbral de la fe en el Salvador, prepararle para atreverse a ser un
Hombre Nuevo. A veces se nos acusa de reproducir la
sociedad y de perpetuar el sistema. Ojo a esto porque una buena evangelización
es justo todo lo contrario. (Han hecho más por Europa, por la paz y por la
justicia, De Gasperi, Adenauer y Shumann que todos los movimientos
revolucionarios juntos.) -Educar para la búsqueda: la mejor
escuela no es la que da muchas respuestas sino la que se hace muchas
preguntas y e incita a buscar respuestas. Los jóvenes han oído demasiadas
respues-tas, pero no tienen interrogantes que les inquieten,
por eso viven y dejan de buscar. Es preciso aquí educar para la búsqueda,
que supone desarrollar la capacidad de preguntarse y no solo de aprender;
desarrollar la capacidad crítica y transformadora y no sólo la integración
al sistema. Desarrollar la apertura al misterio, descubrir el sentido
sacramental de la vida y del mundo. Es un papel que corresponde a toda la
escuela y que debe ser programado en todas las áreas. Ya Se está hablando
de competencia espiritual referida a todo ese conjunto de capacidades
personales para admirarse y hacerse preguntas, buscar sentido y abrirse al
otro, a la trascendencia. -Educación para los valores. Se llega al
umbral de la fe apoyándose en ciertos valores humanos fundamentales. Antes
de sentir la necesidad de que alguien me salve, he de descubrirme yo mismo
como alguien, no como algo que necesita ser salvado; he de descubrir la
dignidad de la persona humana, he de reconocer la capacidad de elección y
decisión que nos caracteriza. (No voy aquí a tocar los valores de la
escuela agustiniana porque no hacen al caso). ¿Qué tipo de hombre queremos formar?
Este es un punto esencial porque la paradoja del hombre, en su
ansiosa búsqueda de felicidad, nunca ha sido menos feliz, y no por falta de
recursos, sino por carencia de sentido. Lo contrario de la felicidad no es
el dolor o el sufrimiento, sino el vacío. Solo tendrá vigencia la escuela
que sea capaz de ofrecer valores permanentes. Y aquí esta nuestro reto: ser
alternativa a la escuela laica por los valores que transmitimos. Por lo
tanto, se trata de conjugar la educación en valores con el logro de una
mayor calidad educativa: este es uno de los objetivos de la pastoral
educativa cristiana. Por otra parte, no se trata de aumentar
horas lectivas, introducir cuñas moralizantes o cosas semejantes. Se trata
del lenguaje de los gestos propios de un magisterio realmente honesto,
creyente, profesional y comprometido dispuesto a arrimar el hombro,
dispuesto a fajarse por los que más limitaciones tienen. Tal vez no todos
sean expertos en Biblia, pastoral o catequesis, pero todos pueden actuar de
manera honesta, responsable, acogedora, justa y veraz… y eso es lo que va
dando el substrato y la transmisión de los valores. Compromete a todos, por
tanto. El Dpto. de Educación en Por último, la objeción de las
estructuras no es un óbice, porque, a quién puede molestar el hecho de
tener buenas instalaciones. Lo importante es preguntarse para qué y para
quiénes las tenemos, preguntarnos qué estamos haciendo con ellas.
El mejor modelo de escuela, el mejor PE
será aquel que sea capaz de responder a los nuevos retos educativos con sus
inmensas expectativas y los temores que inspiran, mediante una oferta
coherente de auténticos valores. Pero estos implican una forma de vivir, y
a vivir sólo se puede aprender viviendo. Por tanto, esa educación debe
hacerse desde los mismos valores que se promueven. Educando en los valores y
para los valores la escuela forma al hombre desde dentro, lo libera de los
condicionamientos que pudieran impedir al hombre vivir como tal.
A través de contenidos y experiencias programados para cada nivel,
campañas, interacciones y escenarios varios, la escuela facilita la
interiorización de los valores y la construcción de un nuevo ambiente a
través de los mismos. Esto debe obligar a la escuela a revisar
constantemente sus estructuras para que no pesen demasiado sino que sean
fieles trasmisoras de aquellos. De ahí la importancia del Proyecto
Organizacional. 2. DIÁLOGO FE-CULTURA Además del clima se necesita una enseñanza
religiosa seria de educación en la fe. No basta con un barniz superficial,
es necesario superar la fe infantil y dar respuesta a los grandes
interrogantes del hombre y de la ciencia hacia la fe. El profesor de
Religión debe mostrar competencia profesional y testimonio de fe maduros.
La religión debe tener las exigencias de las demás asignaturas. La enseñanza
religiosa aporta una reflexión sobre la propia vida personal y social
iluminándolas desde la calve cristiana. En los primeros años irán juntos
catequesis y clase de religión. Más tarde cada cual tendrá su propio ámbito. Para hacer la síntesis fe-cultura el
alumno debe tener no solo una simple información del fenómeno religioso,
sino las claves de interpretación de experiencias vitales. Aquí reside una
de las mayores dificultades prácticas de los programas de formación. La
formación religiosa aporta al proceso de educación en la fe, una formulación
racional –cultural- de la identidad cristiana y la posibilidad de integrar
el saber religioso entre el conjunto de saberes humanos como un elemento crítico
y direccional. Su función peculiar es proponer el sentido cristiano del
mundo, del hombre y de la historia y desde ahí, discernir las demás
visiones que nos proporciona la cultura actual. De la pedagogía del umbral viene la
capacidad de interrogar, de llamar la atención sobre las cuestiones más
trascendentales de la vida humana, del sentido último de la historia y del
mundo. Proporciona una escala de valores a partir del Evangelio, efectúa
una crítica de la sociedad actual a la vez que ofrece cauces y esperanzas
para cambiarla. Por otra parte, al anunciar explícitamente
a Jesús y su mensaje, la formación religiosa se sitúa justo al otro lado
del umbral, para facilitar el paso a quienes hayan recorrido el camino
previo y deseen dar el paso. Actúa como lazo de conexión entre el primer y
el tercer campo. Puede así asumir funciones propias de la catequesis
animando a los alumnos creyentes a la vivencia del mensaje cristiano,
ofreciendo momentos de oración y celebración, incluso jornadas de reflexión
y convivencia cristiana. De este modo despierta el deseo de una plena
catequización en los grupos que se forman con este objetivo, al margen del
horario académico. Y no se trata solo de asimilar contenidos sino de
expresarlos creativamente, lo que implica el dominio de los signos y símbolos
mediante los cuales se codifica el lenguaje y se construye el mundo
material. Se debe cuidar desde la niñez el lenguaje simbólico bíblico-religioso,
base para la expresión de la fe y para poder llegar a captar las
experiencias originales de la misma, a través de las formulaciones que la
tradición nos ha legado. 3. CATEQUESIS EXPLÍCITA Catequesis y religión son servicios
diferentes pero complementarios. Una cubre los contenidos doctrinales y la
otra los celebrativos y de compromiso. Pero la propuesta de Jesús tiene un
carácter opcional, es una invitación a seguirle y esto se debe plantear en
el momento evolutivo más adecuado. Lo importante es que la presentación de
los contenidos de la fe cristiana no esté dominada por la prohibición sino
por una moral liberadora. La catequesis es la cumbre del proceso de
educación en la fe encomendado a la escuela cristiana, aunque algunos no lo
vean. Es algo irrenunciable en el proyecto de iniciación integral a la fe y
su aportación carismática de la escuela en bien de la comunidad eclesial.
Sin este tramo quedaría truncada la identidad de la escuela cristiana. La
catequesis explícita de iniciación se define como un proceso de conversión
a Cristo que culmina con la incorporación a una comunidad cristiana y se
manifiesta en el compromiso vital por el Reino. En las familias creyentes
este proceso comenzó con el bautismo y la catequesis familiar y continua en
la escuela a lo largo de toda la infancia
en un despertar de la fe. Aquí es bueno entrar en relación con las
parroquias de los chicos para evitar tanto los vacíos como las duplicidades,
especialmente respecto a los sacramentos. En la media que el ambiente
religioso del alumnado lo permita, la escuela debe prever en su proyecto una
adecuada iniciación a la oración y a la celebración de la fe dentro del
currículo escolar, de modo que debe cuidarse la catequesis y la celebración
de El proceso no está sujeto al corsé académico
sino que se prolonga más allá de la estancia del chico/a en el colegio. El
destino final deben ser las comunidades parroquiales, u otras. Esta programación no se refiere a los últimos
niveles, sino que debe hacerse en función de la situación en la que se
encuentran los destinatarios y promover su transformación o paso del nivel
de desarrollo real al nivel de desarrollo potencial (pedagogía del umbral).
Partiendo de la realidad, el PP programa los objetivos y líneas de acción
para una etapa convencional que puede ser un año o varios, y siempre se
debe evaluar antes de hacer nuevos planes. No olvidar que el PP se elabora a
partir del análisis de la situación para conocer la realidad a transformar
y el marco teórico de referencia para saber a dónde queremos llegar, o en
qué dirección debe ser modificada la realidad presente, recurriendo
siempre a las fuentes: el Ideario, el PE, documentos eclesiales, etc.
Se trata de enunciar principios que fundamentan la acción pastoral
de cada centro, definir criterios orientadores de la acción y las opciones
urgentes, los valores prioritarios, las políticas, las estrategias, etc. La comunidad educativa, conjunto de las
personas que en el ámbito escolar comparten el PE, se convierte en una
paradoja cuando queda reducida a su estructura legal por no asumir las
tareas con vocación educadora. Su punto de partida es precisamente el PE, y
como todos forman parte del mismo, no debe faltar ningún estamento a la
hora de su preparación. La cohesión es
fundamental si se quiere mejorar la calidad educadora y
evangelizadora del Colegio. La educación se fragua en las relaciones, en
las mediaciones, en el amor. La persona crece y madura en la participación
y en la responsabilidad de los cometidos que le pone la vida. Comunidad hace
referencia a una red de relaciones cuyo lenguaje esencial es la confianza,
la comprensión y la colaboración mutua. Debe haber confluencia, nunca
confrontación. Vivir el estilo comunitario exige actitudes de respeto, diálogo,
integración de fuerzas, subsidiaridad, comunión, unidad en la diversidad.
En concreto: -Debe esforzarse en integrar la pluralidad;
atender el reto de formar en los valores del PE ante los retos de la
sociedad actual, proponer actividades formativas que aglutinen al mayor
grupo de participantes, actualizar los medios y las metodologías para
afrontar el futuro inmediato; tecnología, audiovisuales, informática,
idiomas, educación para el ocio... Esencialmente tiene que asegurar los
procesos formativos, el clima de convivencia y de relaciones, siendo los
directivos los primeros en el testimonio de esa unión y madura convivencia.
No habrá posibilidad de alcanzar valores
superiores mientras la base humana, las relaciones interpersonales, la
justicia y la mutua comprensión no sean un hecho. La educación en valores
de hecho favorece la calidad educativa. Si hemos navegado entre dos
corrientes, hoy la sociedad demanda una escuela cristiana explícita. Se
impone la coherencia en torno a la alternativa presentada por una comunidad
cristiana. Se trata de crear el máximo respaldo a un proyecto educativo y
pastoral surgido en torno al ideal cristiano. Por tanto, será toda Si el PP está ligado a la finalidad
evangelizadora de la escuela, es la comunidad cristiana quien debe promover,
patrocinar y garantizar esa finalidad. La comunidad cristiana se hace
presente en la escuela a través de instituciones operativas como la
promotoría religiosa, el equipo de pastoral (en Perú FLACE), el equipo de
animadores de grupos cristianos, y otros integrados a su vez en una especie
de consejo pastoral. Todos han de participar activamente en la elaboración
del PP en distintas fases y todos los educadores deben estar implicados en
su elaboración como lo estuvie-ron en el PE pues de esa implicación
sentida, valorada y asumida, dependerá su conocimiento, su por qué y por
ende su práctica. Desde luego el ideario vivo del Colegio deben ser los
profesores. Hoy la escuela católica ya no es un feudo
de la congregación religiosa que la fundara. Cada día más son los laicos
involucrados en su dirección y funcionamiento. Hoy la escuela católica,
como mediación de Se trata de soñar un trabajo coherente,
un proyecto que integre todos los elementos, unos objetivos claros, un
perfil de alumno bien definido, una escala de valores por todos respetada y
respaldada. Un Colegio que responda a las demandas de la auténtica
comunidad eclesial, donde el perfil cristiano surja sin disonancias.
Describir el ideal o el camino es fácil. Lo difícil es
transitarlo. Más que preguntarnos qué hay que hacer deberíamos
preguntarnos primero cómo hay que ser para que alcanzar los objetivos que
pretendemos. EDUCACIÓN NUEVA Debemos tener en cuenta que, más allá de
nuestros planes y proyectos se encuentra la realidad: la persona, lo más
valioso que tenemos. Nadie nace predestinado a ser político, profesional,
sabio, líder, rico, … lo que nos une a todos es la única e importante
realidad de ser personas. Nos hacen soñar con la fama, el poder, el dinero,
los títulos, los honores y todo esto lo proyectamos sobre el alumno…
tiene que ser el más-más de todo eso, y si no se logra, quedamos
frustrados. Pero todo eso (dinero, poder, fama…) pese a lo mucho que
agrada, es muy occidental, es el brillo del oro pero no es el oro. El oro es
el hombre. Y el hombre no es político, ni rico, ni famoso, ni nada .Es
persona, se es persona, imagen y semejanza de Dios. Lo máximo. Se trata de
ser la persona que nos permiten nuestras capacidades. Ser cada vez más
perfectos como personas, sin confundir el ser con el tener o el brillar. Si
caemos en ese error serán muy pocos los triunfadores, solo
calificaremos para una sociedad hambrienta de fantasmas y mitos. Saber también, que no es la máquina o el
libro los que hacen los hombres, no es el catecismo el que hace cristianos:
solo el hombre creyente hace hombres creyentes, solo la palabra encendida en
el hogar viviente de otra persona tiene fuerza para despertar la humanidad y
la fe en el oyente. Es preciso tomar de la mano a los niños/as
que nos encomiendan y asomarlos al abismo de la realidad que se encuentra
dentro de ellos mismos, porque educar es abrir caminos hacia la verdad que
habita en el hombre interior, como decía san Agustín. NUEVOS EDUCADORES El eje de una educación nueva, siempre
serán nuevos educadores. El Colegio trabajará o no, en pastoral, según la
motivación de los docentes principalmente. La educación no es asunto de
programas, sino de hombres. Un educador neutral sin un proyecto vital, sin
visión humanista y cristiana del hombre, sin opciones fundamentales, es un
hombre peligroso porque sería un guía ciego, normalmente manipulado por
los grandes centros de poder e interés. Si el educando tiene ante sí un
hombre que no se compromete, que no asume riesgos para defender la verdad,
el amor, la justicia, incapaz de asumir cambios, cerrado al futuro, miedoso…
¿qué validez puede tener en la vida de un niño? Teniendo en cuenta nuestra teleología,
cabe exigir cada vez más un magisterio identificado con nuestro modo de
concebir al hombre y la realidad según los postulados del Evangelio de Jesús.
La coherencia de los educadores con su fe se reflejará en un modo peculiar
de concebir la vida humana, la educación y las relaciones interpersonales
socializando la vida religiosa por vía de impregnación. No olvidemos que
lo que se mama de niño permanece para siempre, por tanto es un punto
positivo para esta iniciación Cuando el maestro es creyente, su fe es
para él motivo de exigencias. Se hace voz de CONCLUSIÓN: La pastoral no es un apéndice en la
educación. Es el eje, la columna vertebral de un Colegio católico y
agustiniano que intenta proporcionar a los alumnos las cartas de navegación
para orientarse en un mundo complejo y en permanente agitación. El PP debe
ser el dinamizador del todo el proceso educativo. Se educa evangelizando y
se evangeliza educando, en comunidad, desde la interioridad y para la
solidaridad. Evangelizar no es sino anunciar a Jesucristo como salvación y
plenitud humana, que exige el amor, la amistad y la fraternidad y el
compromiso encarnado. El desafío que nos plantea a todos es la coherencia
entre la fe y la vida. V.L. APENDICE “La educación debe ser evangelizadora,
ya que ésta contribuye a la conversión del hombre total, no solo en su yo profundo e individual,
sino también en su yo periférico y social y lo orienta
radicalmente a la genuina liberación cristiana que abre al hombre a la plena participación en el misterio
de Cristo Resucitado, es decir, a la comunión filial con el Padre y a la
comunión fraterna con todos los hombres, sus hermanos”. (El Proyecto Educativo
Católico 1982, Nº 54) “Para dar un futuro a la juventud, es importante que la educación se
entienda como la búsqueda del desarrollo integral
y armonioso de la persona, de la maduración de la conciencia moral para discernir el bien y obrar en
consecuencia, y como una atención a la dimensión
espiritual del joven en crecimiento” (Juan Pablo II, Los desafíos de la
educación, 03-07-4) MARCANDO IDEALES AGUSTINIANOS Ideas fuerza El hombre es una criatura abierta a lo
absoluto que no es sino que va se va haciendo. Para Agustín el hombre es un
ser germinal, y como la semilla, el proceso
de hacerse hombre (o mujer) es un abrirse del interior al exterior en busca
de Configuración La comunidad educativa agustiniana da una
formación humano/cristiana y educa desde los valores evangélicos al estilo
agustiniano de modo que todos los involucrados en el proceso educativo se
inserten en la iglesia local o particular. Fin educativo La justificación de este servicio es
crear una comunidad educadora que viva los valores agustinianos de amistad,
fraternidad, amor, libertad, interioridad, verdad, que haga sentir a todos
valiosos, que ayude a formar hombres y mujeres
que ayuden a hacer presente el Reino de Dios en la sociedad. Objetivo ultimo Una comunidad agustiniana forma personas
que, con sentido comunitario, se integran en la sociedad y en Características especialmente
agustinianas -La comunidad agustina promueve el trabajo
en equipo con reuniones periódicas de oración,
de
programación y de evaluación. -Se actualiza permanentemente. -Elabora un proyecto educativo y un
proyecto de pastoral y trabaja a partir de los mismos. -Determina el perfil agustiniano de sus
alumnos y profesores y estable un Ideario propio. -Cuenta con un equipo de pastoral en el
que se integran representantes de todos los estamentos. -Invierte en la propia institución
aplicando criterios de justicia a favor de los maestros. Exigencias de a. Asumir una educación integral, que no
se limite solo a comunicar saberes sino también valores b. Orientar la acción educativa según
una antropología cristiana y agustiniana. c. Garantizar una sólida formación
religiosa que haga posible el diálogo fe-cultura. d. Catequesis explicita e integración a
una comunidad. d. Abrir las puertas a todos sin
discriminación alguna esforzándose por llegar a los más pobres. e. Integrarse en la acción pastoral de la
comunidad diocesana y parroquial porque no somos isla.
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