Cuaderno de Trabajo No. 1:
Carta de
Introducción
I. Sentidos de la Religion:
1a: Intro. Antropológica
1b: La Religión:
Enfoque Sociológico
1c: Teodiceas
1d: Religión:
Alienación y Desalienación
1e: Secularización
y Desecularización
II. Las Nuevas Generaciones y las Instituciones
Parte 1
Parte 2
Parte 3
III. Psicopatología
en la Vida Religiosa
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Reunión de Formadores
de América Latina
LAS NUEVAS GENERACIONES Y LAS
INSTITUCIONES
(María Helena Morra)
La idea de individuo es la de aquél que no es capaz
de tener autonomía. Es lo que pasa con la masa. La masa
no tiene autonomía. Siempre espera una unidad de referencia.
Hoy hay muchos más individuos que sujetos autónomos,
porque el sujeto autónomo es aquel que escoge, que define,
que determina, que establece. El individuo es quien se deja
llevar por la masa. El individuo es potencialmente capaz de
ser sujeto, pero eso no quiere decir que lo sea. Dependiendo
de las unidades de referencia de comunidades totalitarias, nunca
será sujeto capaz de conducirse por sí mismo y,
al mismo tiempo, relacionarse éticamente con el otro.
Con todo esto, se puede ver que la referencia tiene unidad y
debe ser reforzada. Para dialogar con nuevas generaciones, para
dialogar con nuevos problemas. Todo lo nuevo tiene valor para
las nuevas generaciones. Por eso, prefiere lo que aprendió
con la experiencia y no acepta que la Institución sólo
pueda ofrecerle un pasado histórico que se contrapone
al deseo de lo nuevo.
No podemos formar con la mentalidad de que nuestras Instituciones
serán eternas. El paradigma que nos guía es el
paradigma de la preservación y no el de abrirse a alternativas,
a otros modelos y parámetros. Pienso que un camino para
las instituciones es la flexibilidad de las estructuras. Una
resignificación de los votos. Por ejemplo, el ejercicio
de la autoridad - la fuerza moral - (del carisma, de la confianza
e del ejemplo) y el trabajo (humilde, sacrificado y corresponsable).
En realidad, sólo consigue animar un "Coordinador"
que tenga "espíritu, es decir, fuerza moral, pues
esto es lo que da autoridad interna e interiorizante".
Por otro lado, la animación también implica trabajo,
trabajo administrativo sí, pero sobre todo trabajo espiritual:
atención, cuidado, sensibilidad, tacto, etc.
Es totalmente normal que la flexibilidad cause ansiedad: las
personas no saben qué riesgos serán compensados,
qué caminos seguir. Pero hoy es preciso flexibilizar
como manera de crear posibilidades de transformación.
Se dice que reformulando las estructuras rígidas y enfatizando
el riesgo, la flexibilidad da a las personas más libertad
para modelar sus vidas, en vez de simplemente abolir normas
del pasado. Tal vez el aspecto de la flexibilidad que más
dificultades cree sea su impacto sobre el carácter personal.
El carácter es el valor ético que atribuimos a
nuestros propios deseos y a nuestras relaciones con los otros.
¿Cómo decidir lo que tiene valor duradero en nosotros
en una institución con pocas perspectivas de vida nueva?
¿Cómo se pueden buscar metas de largo plazo en
una institución cada vez más vieja ¿Cómo
se pueden mantener lealtades y compromisos mutuos en instituciones
que no se abren al diálogo? No se puede captar la experiencia
de las nuevas generaciones con viejos paradigmas. Decimos "Yo
no entiendo a las nuevas Generaciones", a veces lo decimos
en un tono más duro, como si los jóvenes nos hubiesen
abandonado. Todos violamos de alguna manera el lugar que se
nos atribuye en la Institución. La gravedad de nuestro
miedo viene del abismo que nos separa de las nuevas generaciones.
A veces nos sentimos oprimidos por las normas insignificantes
que gobiernan nuestra vida de consagrados/as. Es necesario establecer
para las nuevas generaciones un ejemplo de determinación
y sentido de objetividad, pero no se puede sencillamente mandar
que los/as formandos/as sean así; tenemos que dar ejemplo
de cómo deben comportarse éticamente.
Lo que falta entre los polos opuestos de experiencia es una
narrativa que organice esa conducta. Las narrativas son más
simples que las crónicas de los hechos; conforman la
experiencia más allá del tiempo, sugiriendo los
motivos por los que las cosas ocurren, mostrando sus consecuencias.
Las instituciones tienen una narrativa para su historia, linear
y acumulativa, una narrativa que tenía su razón
de ser en una vida religiosa principalmente monástica
y duradera. Las nuevas generaciones viven en un mundo caracterizado,
al contrario, por la flexibilización y por el flujo a
corto plazo de lo descartable. (¡Ay de mí, dónde
está esa estabilidad del mundo! que queremos para nuestras
instituciones - un lamento que aparece en Jeremías en
el AT). Lo peculiar de la incertidumbre hoy, es que existe y
está entremezclada en las prácticas diarias de
nuestras vidas.
Por lo tanto, uno de los desafíos de la Vida Religiosa
hoy es la relación de nuestras instituciones con las
Nuevas Generaciones.
Creo que vivimos en un gueto, en un lugar muy específico
desde donde captamos la realidad de los jóvenes a través
de un paradigma determinado, establecido, que filtra lo nuevo
que está naciendo. Lo que nos dificulta caminar en una
nueva dirección es nuestra parálisis de paradigma.
Tenemos que salir del capullo y atrevernos a mirar lo desconocido,
lo nuevo, rompiendo lo establecido, haciendo transgresiones.
Soy consciente de que mi reflexión también está
hecha en el límite de una percepción que muchas
veces dificulta la posibilidad un nuevo despertar.
Bibliografía:
1. EL FUTURO DE LA VIDA RELIGIOSA. DE LOS ORÍGENES A
LA CRISIS ACTUAL. José M. Castillo. Editorial Trota 2003.
2. ¿RENOVACIÓN O REFUNDACIÓN? VITALIDAD
Y CAMBIO EN LAS CONGREGACIONES RELIGIOSAS. Klemens Schaup -
Claudia Edith Kunz. Publicaciones Claretianas. Madrid 2003.
3. NOVAS GERAÇÕES E VIDA RELIGIOSA - Pesquisa
e análises prospectivas sobre Vida Religiosa no Brasil.
Editora Santuário. 2004. CRB Nacional. Organizador: Márcio
Fabri dos Anjos.
4. A CORROSÃO DO CARÁTER, Richard Sennett. Tradução
de Marcos Santarrita, 3a tiragem, Editora Record - Rio de Janeiro
- São Paulo - 1999. Título original americano:
THE CORROSION OF CHARACTER. Copyright - 1999 - 1998 by Richard
Sennett.
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