Cuaderno de Trabajo No. 2:
Carta
de Introducción
Perspectivas
teóricas de la infancia y de la adolescencia
Inculturación del Ratio Institutionis
en América Latina
Parte
I
Parte
2
Justicia Y Paz Desafío de la OALA
Parte
1
Parte
2
Parte
3
|
Justicia y Paz: desafío desafiante
en la OALA (parte 2)
3. Justicia y Paz en la Orden de San Agustin
3.1. RESEÑA DE TEXTOS SOBRE 'JUSTICIA Y PAZ' EN LOS
DOCUMENTOS DE LA ORDEN
En nuestros tiempos la Iglesia se ha pronunciado claramente
acerca de la necesidad de promover la justicia y la paz. En
la Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo
Moderno el Concilio Vaticano Il dice lo siguiente:
El Concilio, teniendo muy en cuenta el sinnúmero de
miserias con que aún hoy se ve afligida la mayor parte
del género humano, y para fomentar en todas partes la
justicia y al mismo tiempo el amor de Cristo hacia los pobres,
considera muy oportuna la creación de algún organismo
universal de la Iglesia, a quien corresponda estimular a la
comunidad católica para que promueva el progreso de las
regiones pobres y la justicia social entre las naciones. (Gaudium
et Spes n.90)
En respuesta a esta llamada, Pablo VI instituyó el 6
de enero de 1967 la Comisión Pontificia de Justicia y
Paz. Esta Comisión es, fundamentalmente, de estudio y
profundización en los aspectos doctrinal, pastoral y
apostólico de los problemas del desarrollo y de la paz.
JUSTICIA Y PAZ EN LA ORDEN
La Orden ha respondido a la llamada del Concilio para la renovación
en esta área, corno se pone de manifiesto en sus documentos
pos-Conciliares:
Constituciones
200. El apostolado llamado social debe informar toda la actividad
apostólica, porque dimana de la caridad de Dios y del
prójimo, busca la justicia y la promoción de todos
los hombres, de todo el hombre y de la sociedad. Todo esto lo
exige la fraternidad agustiniana, porque somos hombres "y
todo hombre es prójimo de los demás hombres".
201. Debemos fomentar de múltiples modos el apostolado
social:
a) procurando que nuestra formación, estudios y actividades
estén empapados de sentido social. Para lograr este objetivo
expóngase sistemáticamente en los estudios de
filosofía y teología las llamadas ciencias sociales;
b) cuidando de que en nuestras iniciativas atendamos siempre
a las necesidades más urgentes, tanto espirituales como
materiales de los hombres, preferentemente de los pobres y marginados
por la sociedad;
c) formando en nuestros colegios a los jóvenes e inculcando
en la conciencia de los seglares, al lado de la vida espiritual
y de la cultura religiosa, el sentido de responsabilidad, de
modo que su acción temporal, vivificada por el espíritu
del Evangelio, coopere a la santificación del mundo;
d) colaborando fraternalmente con los seglares, incluso en los
asuntos temporales, de acuerdo con nuestra condición,
y solicitando su competencia.
202. Siguiendo el magisterio universal y particular de la Iglesia
así como el de los Capítulos generales, nuestra
Orden asume la opción preferencial por los pobres; por
tal opción, sin margen a la discriminación de
personas, la Orden se compromete con solicitud permanente, concreta
y prioritaria por la causa de la parte más débil
y necesitada de mayor ayuda de la sociedad humana.
203. Todos los Hermanos colaboren en la solución de las
cuestiones sociales, que actualmente preocupan más a
la Iglesia y a la sociedad humana, por ejemplo, la justicia
y la paz, los derechos humanos, la dignidad de la mujer, la
defensa de la vida, la protección de la naturaleza, un
orden económico más equitativo. La adscripción
de la Orden entre las organizaciones no gubernamentales de las
Naciones Unidas (ONU) manifiesta su empeño en estas cuestiones.
Los Superiores, pues, tanto locales como mayores, promuevan
actividades adecuadas, para que los Hermanos y las Comunidades
participen en las iniciativas de la Iglesia y de la sociedad
civil.
Capítulo General Intermedio de 1980 (México)
Dentro del contexto del tema de la opción preferencial
por los pobres el Capítulo General Intermedio creó
un Secretariado de Justicia y Paz y le ha asignado las siguientes
funciones:
a. promover el conocimiento, la conciencia y fomentar en la
Orden lo que concierne a este campo;
b. proporcionar información sobre las personas o proyectos
en la Orden que están directamente comprometidos en la
promoción y evangelización del mundo de los pobres;
c. servir como enlace de vida material, indicando, por ejemplo,
qué organización, Provincia, etc. puede tener
recursos para un caso determinado;
d. mantener contacto o servir de enlace' con organizaciones
eclesiásticas, agustinianas u otras, que se preocupan
de asuntos de Justicia y Paz.
Capítulo General 1983 (Roma)
Este Capítulo General reitera lo expuesto en el Capítulo
General de México, 1980, en lo relativo a la opción
preferencial por los pobres y el Secretariado de Justicia y
Paz.
El Secretariado trabajará para que cada circunscripción
de la Orden tenga funcionando un Secretariado de Justicia y
Paz.
Capítulo General Intermedio 1986 (Roma)
Tema eje de este Capítulo fue La misión y evangelización
en la Orden Agustiniana hoy.
La opción preferencial por los pobres no debe ser marginal
o periférica, sino central no simplemente a nivel social
sino también eclesial y agustiniana, para demostrar que
el reino de Dios, es decir la salvación, está
ya presente entre nosotros.
El pobre, que está en el centro del Evangelio, debe estar
también en el centro de nuestra vida religiosa; para
ser profetas de esperanza, que se funda en el Señor presente
en medio de su pueblo, y de liberación de toda forma
de miseria, debemos hacer una elección decisiva de vida
con los pobres y por los pobres. Sólo así nuestra
pobreza, aceptada y compartida como estado de vida, llevará
a la comunión fraterna y se hará acción
para construir un mundo más habitable y humano.
Capítulo General 1989 (Roma)
Este Capítulo reiteró la necesidad de tener un
Secretariado de Justicia y Paz y clarificó la postura
de la Orden hacia el 2.000 en el apartado titulado "Presencia
en Solidaridad"
La comunidad agustiniana, reavivando en cada momento el espíritu
del Evangelio al modo como lo intuyó Agustín de
Hipona, se siente Ilamada, en comunión con toda la Iglesia,
a asumir como propios los temores e incertidumbres de nuestro
tiempo. Opta sin reticencias por quienes son víctimas
de pecado: la injusticia social, la discriminación racial,
los antagonismos nacionalistas, la desigualdad de oportunidades
que nace de la existencia de grupos privilegiados y de la falta
de participación de los bienes materiales, el exceso
de riqueza por parte de unos y la extrema pobreza por parte
de otros.
Capítulo General Intermedio 1992 (Sao Paulo)
El tema de Justicia y paz - opción por los pobres ha
suscitan gran interés en este Capítulo. Se dijo
que falta una atención espontánea a los pobres,
o que ésta, en muchas ocasiones, queda reducida a una
simple acción de beneficencia sin un verdadero compromiso
institucional. En este aspecto, existen diversas ideologías,
pero no una verdadera espiritualidad agustiniana específica.
También se ha dicho lo siguiente.
La solidaridad con los pobres se manifiesta sobre todo con el
propio testimonio, personal y comunitario, de pobreza evangélica.
Se desea que en la Orden se den a conocer aquellas situaciones
de verdadero compromiso con los pobres que no son sólo
los carentes de medios económicos, sino también
de cultura, justicia, sentido religioso, los emigrantes, etc.,
elaborando incluso un mapa de los lugares en que se está
viviendo este compromiso en una realidad concreta. Hay muchas
pequeñas obras, pero muy significativas, que no siempre
son bien conocidas.
El Capítulo sugiere que cada circunscripción cree
un fondo de solidaridad destinado a sostener proyectos en favor
de los pobres, que los Superiores apoyen a quienes desean realizar
más específicamente su ministerio en estos ambientes,
y que la opción por los pobres incluya también
la ayuda a las Provincias más necesitadas. El trabajo
de Justicia y Paz ha sido positivamente valorado. Este Secretariado
debería incluir entre sus actividades la defensa de la
familia y de la educación, como derechos humanos. Se
le pide también que oriente sobre el servicio militar
y la objeción de conciencia, propiciando en lo posible
actividades humanitarias para los objetores.
Se sugiere que la Orden como tal se pronuncie con comunicados
internos y externos sobre los grandes temas internacionales,
comenzando por la situación de injusticia y de pecado
que supone el pago de la deuda externa por parte de los países
más pobres.
Capítulo General 1995 (Roma)
Documento programático: Agustinos nuevos para el tercer
milenio
15. Un enorme impulso a nuestro espíritu misionero puede
venir de la promoción cada vez más cualificado
del Secretariado de Justicia y Paz, tanto nacional corno internacional.
Toda comunidad debe sentirse involucrada con los marginados
del propio ambiente y valorar su apostolado para verificar su
eficacia evangélica.
Todo Colegio Agustiniano debe contemplar la manera de incluir
la opción por los pobres en sus programas educativos.
Debe asegurar, por lo demás, proyectos de concientización
y de participación en solidaridad con los más
pobres, y favorecer la enseñanza de la Doctrina Social
de la Iglesia.
Los Superiores están invitados a evaluar responsablemente
esta programación a todos los niveles de la enseñanza.
Pero no puede faltar en el centro de la Orden un Secretariado
que coordine y mantenga una relación nacional e internacional,
además de promover dicha programación.
21. Cada circunscripción tenga un programa para la promoción
de Justicia y Paz. (Decreto)
23. a) Cada circunscripción debe sentirse comprometida
con los marginados de su propio ambiente y poner en marcha un
plan de evaluación de sus apostolados para determinar:
aa) Si responden a las necesidades de la Iglesia hoy y sobre
todo, a las
necesidades de los pobres y marginados.
ab) Si promueven el carisma agustiniano de comunidad, tanto
entre los frailes
corno entre los laicos que participan en el apostolado.
b) considerar un cambio de los apostolados que no correspondan
a las necesidades más urgentes de hoy. Es inútil
hablar de nuevas fronteras si no está unido a la capacidad
de un serio y valeroso discernimiento y evaluación, con
el fin de abandonar actividades menos significativas a favor
de otras, y para dejar lugares menos importantes en favor de
nuevas presencias.
c) considerar maneras de colaborar en apostolados entre distintas
circunscripciones en coordinación con el centro de la
Orden y considerar el apoyo a nuestras obras que necesitan personas
para fortalecerlo.
El Prior General, los Asistentes Generales y los Superiores
Mayores deben revisar este aspecto en sus visitas oficiales
a las circunscripciones. (Decreto)
25. Que el Capítulo General recomiende, corno parte de
nuestra opción preferencial por los pobres, que cada
Circunscripción de la Orden designe por los menos, cuatro
o cinco por ciento de su presupuesto a un fondo de solidaridad
que promueva proyectos de promoción y apoyo a la dignidad
y auto-estima colectiva de los pobres. (Recomendación)
26. a) Que las circunscripciones fomenten el intercambio de
experiencias para que
los formandos puedan tener una experiencia pastoral entre los
más pobres.
b) Que los Superiores Mayores apoyen proyectos que fomenten
y animen a los
religiosos a estar en lugares de nuevas fronteras pastorales,
en particular entre los más pobres en las zonas urbanas
y en nuestras Circunscripciones de Misión. (Sugerencia)
CAPÍTULO GENERAL INTERMEDIO 1998 Villanova
AGUSTINOS EN LA IGLESIA PARA EL MUNDO DE HOY
6. El testimonio práctico de la comunión interna
de bienes materiales y espirituales y el compromiso activo en
la promoción de la solidaridad, exigen una traducción
múltiple: El trabajo responsable y la austeridad de vida,
la defensa comprometida de los Derechos Humanos, la creación,
donde aún no exista, el reconocimiento y la potenciación
- en el nivel internacional y circunscripcional - del Secretariado
de "Justicia y Paz", la presencia evangelizadora entre
los necesitados, una gestión económica solidaria
dentro de la Provincia y la creación de un fondo en cada
Circunscripción destinado a la promoción de los
más desfavorecidos.
La atención a lo inmediato, frente a los intereses comunes
de horizontes más amplios, continúa siendo un
riesgo peligroso. El nivel de colaboración con los proyectos
de la Orden, por ejemplo, no sobrepasa, de ordinario, los límites
de lo fijado institucionalmente o se circunscribe a la contribución
económica. Cuando decrece el interés por lo común,
aumenta nuestra debilidad e impotencia y nos alejamos del anteponer
las cosas comunes a las propias (Cf. Reg. V,31) que, por el
poder fecundante de la caridad, engendra vida e ilusión.
Es de elogiar y animar, sin embargo, la colaboración
que algunas circunscripciones han demostrado en estos últimos
años al apoyar, humana y económicamente, proyectos
comunes de la Orden.
27. La comunidad agustiniana puede presentarse como paradigma
de la comunión de bienes y de la democratización
del poder. Evangelizamos, fundamentalmente, desde la comunidad
y presentamos el modelo de una Iglesia-comunidad y de un ser
humano comunitario. "La clarificación postconciliar
de nuestro carisma y de nuestra identidad agustiniana nos ha
ayudado a valorar el estilo de vida fraterna como mediación
privilegiada en la nueva evangelización" (CGO '95,
Doc. progr. n. 12).
El escándalo ante la visión de un mundo manipulado
por la concentración del poder y la riqueza, provoca
la actualidad de lo comunitario como valor social. Pero como
la historia es dinámica por definición, son necesarios
ejemplos tangibles que sirvan de testimonio y de estímulo.
El ideal agustiniano de comunidad - encarnado en un grupo de
religiosos o laicos - puede servir de indicador en tiempos de
búsqueda. Como también son propuestas que abren
caminos de futuro, la comunión de bienes, la igualdad
entre todos, la participación en la sociedad y en la
Iglesia de la mujer y de las minorías étnicas
y marginales, el interés por las cosas y las tareas comunes,
el ejercicio servicial de la autoridad, la atención especial
a los más débiles y pobres, la gratuidad y otros.
CAPÍTULO GENERAL ORDINARIO 2001 ROMA
B. APOSTOLADO SOCIAL EN LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN HOY
B-1. En cuanto descendientes espirituales de Agustín,
de su concepción del evangelio y de su modo de comunicarlo,
tenemos un don especial que compartir con el mundo, una manera
particular de anunciar la buena nueva: en comunidad, como comunidad,
para edificar una comunidad, en círculos cada vez más
amplios, hasta abarcar toda la familia humana. El testimonio
individual, aunque importante y esencial, no es suficiente.
B-2. Los tiempos han cambiado. El mundo y la iglesia han cambiado.
El Vaticano II pidió y programó la renovación
de la Iglesia en respuesta a los signos de los tiempos. Las
Constituciones de la Orden nos invitan expresamente a responder,
haciéndose eco de la llamada del Concilio a renovar la
vida religiosa (PC 2). Ese desafío significó nuevos
ministerios y nuevas maneras de ejercer nuestros ministerios
tradicionales. Como agustinos, hemos sido invitados a ejercer
una fidelidad creativa a nuestros orígenes y dar testimonio
hoy de la importancia y vitalidad de vivir en común,
con "una mente y un corazón dirigidos hacia Dios".
B-3. Juan Pablo II nos ha recordado repetidamente que es preciso
llevar a cabo nuevas iniciativas de evangelización en
las realidades actuales (VC 73). Nuestros documentos también
presentan claramente este desafío: "Las necesidades
de los demás determinarán las formas de nuestro
apostolado. Con el fin de hacer una elección correcta,
debemos estudiar la situación del mundo que nos rodea,
así como la situación de la Iglesia en las diferentes
partes del mundo de hoy" (RI 67).
B-4. Si los agustinos queremos continuar nuestra misión
de servidores de la humanidad, hemos de ser capaces de estar
en contacto con la realidad, para escuchar cuidadosamente la
voz de un mundo en cambio. Pues "si nuestras propuestas
no sintonizan con los desafíos del presente, el diálogo
resulta imposible y nuestra presencia irrelevante" (CGI
'98 Doc. 24).
B-5. ¿Cómo hemos respondido a esta invitación
a renovar nuestra vida común y realizar nuestro común
testimonio en el mundo de la buena nueva? En cuanto agustinos
tenemos métodos tradicionales para transmitir la buena
nueva, que han demostrado su valor a lo largo del tiempo: desde
el púlpito, en el aula y a través de la instrucción
catequética. Y sin embargo, si somos honrados con nosotros
mismos, debemos reforzar la naturaleza común de gran
parte de nuestra vida y nuestra actividad apostólica.
Es un desafío que debemos encarar. La nueva tecnología
relacionada con Internet se nos presenta como un posible medio
nuevo para anunciar la Buena Nueva, y también para estar
en contacto con el mundo. Es importante saber cómo aprovechar
y utilizar eficazmente esta tecnología para la promoción
del Evangelio. Otro aspecto de ese desafío es incluir
la doctrina social de la Iglesia de un modo más predominante
y convincente en nuestra actividad homilética, académica
y pastoral, hasta hacerla parte indispensable de nuestra vida
en común.
B-6. Además, ahora tenemos la oportunidad de agregar
otros medios para la evangelización, capaces de afectar
la política sobre los problemas sociales más importantes
de nuestro tiempo, que no suponen cambiar el lugar de nuestra
actividad, sino más bien un cambio de método y
contenido, dando especial énfasis a la doctrina social
de la Iglesia. Estos medios pueden servir también para
reforzar nuestros apostolados tradicionales, al ofrecer un entusiasmo
renovado por tratarse de "el drama de nuestro tiempo"
como Pablo VI llamó a la separación entre el Evangelio
y la cultura.
B-7. Ahora, a los treinta años de que el Vaticano II
y Pablo VI hicieran esa invitación, el desafío
de promover la justicia en el servicio de la verdadera paz debe
aún ser lanzado a muchos agustinos. Con la Iglesia, la
Orden necesita implicarse más en la defensa de los derechos
humanos y en la promoción de una cultura de solidaridad
a todos los niveles. Se trata de un claro signo de nuestros
tiempos. Es verdad que algunas de nuestras comunidades y ministerios
tratan de responder a este desafío. Nuestros esfuerzos
misioneros manifiestan una solidaridad fraternal admirable;
nuestros apostolados educativos promueven a menudo la justicia,
al igual que hace el servicio directo que ofrecemos a los pobres.
No obstante, la dimensión social y fraternal de estos
apostolados y ministerios debe fortificarse y desarrollarse,
como los recientes Capítulos Generales han manifestado
claramente.
B-8. Como el documento del Capítulo General Intermedio
'98 de Villanova nos recuerda: "los agustinos tenemos la
responsabilidad de proclamar los derechos de los débiles
y ser solidarios con los indefensos" (CGI '98 Doc. 11),
siguiendo al desafío presentado a los religiosos por
Juan Pablo II: "Haciendo propia la misión del Señor,
la Iglesia anuncia el Evangelio a todos los hombres y mujeres,
para su salvación integral. Pero se dirige con una atención
especial, con una auténtica "opción preferencial",
a quienes se encuentran en una situación de mayor debilidad
y, por tanto, de más grave necesidad. "Pobres",
en las múltiples dimensiones de la pobreza, son los oprimidos,
los marginados, los ancianos, los enfermos, los pequeños
y cuantos son considerados y tratados como los "últimos"
en la sociedad. La opción por los pobres es inherente
a la dinámica misma del amor vivido según Cristo.
A ella están pues obligados todos los discípulos
de Cristo … Las personas consagradas … estarán en condiciones
de denunciar, de la manera más adecuada a su propia opción
… las injusticias cometidas contra tantos hijos e hijas de Dios,
y de comprometerse en la promoción de la justicia en
el ambiente social en el que actúan" (VC 82)
B-9. La Orden de San Agustín se ha asociado formalmente
con las Naciones Unidas para hablar más eficazmente en
la defensa de los derechos humanos y la promoción humana.
Nuestra presencia y nuestra participación, colaborando
con la Misión del Observador permanente de la Santa Sede,
junto con otras organizaciones semejantes, nos proporciona la
oportunidad de hacer que nuestra voz resuene junto con la de
la Iglesia en este importante foro. Aunque algunos han mostrado
su interés y se han implicado, la mayor parte de los
temas del mundo actual no son a menudo objeto de reflexión
y discernimiento común. Hacemos con frecuencia críticas
políticas, pero, ¿estamos dispuestos a implicarnos
en su formulación?
B-10. La Santa Sede mantiene la condición de Observador
permanente en la ONU para poder hablar sobre problemas que afectan
a los derechos humanos, la justicia, la libertad religiosa,
la paz y el desarrollo, e intenta promover, respetuosamente
y sin miedo, los principios del Evangelio. Como la experiencia
demuestra, se formulan muchas políticas globales en el
foro público que ofrece la ONU. El resultado de algunas
de esas políticas afecta en gran medida gran parte del
trabajo caritativo que nosotros como Orden realizamos en el
mundo. Sería deseable que nosotros, en cuanto comunidad,
nos implicásemos más en la formulación
de esas políticas, para favorecer un cambio estructural,
algo que es de justicia, y así reducir substancialmente
la necesidad de ejercer la caridad. Como Agustín dijo
en su comentario a la primera carta de Juan: "Das pan a
un hambriento; sería mejor que no hubiera hambrientos,
y no tendrías que darlo a nadie. Vistes a un desnudo.
Si todos estuvieran vestidos, no tendrías que hacerlo"
(8,8).
B-11. En cuanto herederos espirituales de Agustín, tenemos
algo de mucho valor que agregar a la promoción de justicia
en el mundo, a través del foro del diálogo que
son las Naciones Unidas. Por nuestra directa o indirecta implicación,
podemos evangelizar a partir de nuestro carisma agustiniano.
Nuestros principios básicos de unidad en la diversidad,
respeto de la dignidad de cada uno, promoción del bien
común y el compartir entre todos los dones de Dios junto
al pueblo, son especialmente significativos porque todo esto
escasea en el mundo hoy. La Orden puede beneficiarse del impacto
que la ONU tiene en nuestros esfuerzos de evangelización.
Y al mismo tiempo nuestra actuación puede ensanchar nuestra
visión como agustinos, y proporcionar una ocasión
para la cooperación ecuménica e interreligiosa
y para la colaboración entre las circunscripciones de
la Orden. Con nuestra implicación, mostramos que Agustín
es un santo para el mundo moderno, cuyo pensamiento e influencia
debe ser mejor conocidos. Nuestro compromiso como comunidad
en temas sociales y la formulación de políticas
globales, puede también ofrecer nueva energía
para la renovación de la Orden.
B-12. El programa "Cultura de Paz" patrocinado por
la UNESCO ofrece precisamente un ejemplo de cómo podemos
defender mutuamente valores comunes. Entre las aspiraciones
de la cultura de la paz pueden contarse: el respeto por la vida,
la promoción y práctica de la no violencia mediante
la educación, el diálogo y la cooperación;
el pleno respeto y la promoción de todos los derechos
humanos y de las libertades fundamentales; el compromiso por
un arreglo pacífico de los conflictos; el respeto y la
promoción de los derechos personales a la libertad de
expresión, opinión e información; la adhesión
a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia,
solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural,
el diálogo y la comprensión en todos los niveles
de la sociedad y entre las naciones, fomentado todo por un ambiente
nacional e internacional que conduzca a la paz. Estos valores
de Evangelio pueden ser fomentados a través de una acción
que lleve nuestras instituciones educativas a asumir el programa
"Cultura de Paz".
B-13. Quienes profesamos la vida de comunidad hacemos algo más
que vivir juntos o que querer vivir juntos. Mas bien queremos
juntos lo que Dios quiere; nos hemos comprometido con una regla
de vida que indica claramente que "ninguno trabaje en nada
para sí mismo, sino que todos vuestros trabajos se realicen
para el bien de la comunidad, con mayor cuidado y prontitud
de ánimo que si cada uno lo hiciese para sí";
los agustinos reconocemos tener una responsabilidad especial
en el esfuerzo común de anunciar hoy, de palabra y hecho,
la buena noticia de Jesucristo.
B-14. El Capítulo quiere llamar la atención de
todos sobre el continente africano, porque África, especialmente
al sur del Sahara, se encuentra en condiciones de extrema urgencia
y necesidad, agravada por la dureza de la crisis del SIDA, la
escasa producción de artículos de alimentación
básica, y la inestabilidad política y social.
Ante esta situación, la comunidad internacional, la Iglesia
y nuestra Orden tienen un papel que jugar. El desafío
está más allá del alcance de los individuos
de buen corazón y bienintencionados; corresponde a la
comunidad, la comunidad cristiana como instancia profética,
anunciar hoy la buena nueva en Africa, una tierra a nosotros
tan cercana porque allí fundó san Agustín
sus primeras comunidades religiosas. En respuesta a los signos
de los tiempos y como herederos fieles de Agustín, debemos
dirigir nuestros corazones y nuestras energías hacia
Africa, contribuyendo con nuestra herencia espiritual a la evangelización
de ese continente, tan necesitado de buenas nuevas.
B-15. CRITERIOS
a) Reconocemos la necesidad de renovar nuestros apostolados
tradicionales para promover una nueva evangelización
que tenga en cuenta los signos de los tiempos.
b) La dimensión social de nuestra vida así como
de todos nuestros apostolados y ministerios debe ser reforzada
y desarrollada.
c) Las tres áreas principales en que, como Orden, hemos
decidido concentrar los esfuerzos en las Naciones Unidas son:
promoción y defensa de los derechos humanos; desarrollo
social y económico; educación y alfabetización.
Así pues, en todos nuestros apostolados, y como pauta
para asumir otros nuevos, nos comprometemos a tener en cuenta
estas áreas.
d) Con vistas a orientar mejor nuestros recursos hacia la resolución
de los mayores problemas que afligen la sociedad, haremos un
esfuerzo para promover la colaboración entre las circunscripciones
de la Orden, con otras presencias agustinianas, así como
con las Naciones Unidas y otras organizaciones relacionadas.
DETERMINACIONES
B-16. El Capítulo General reafirma el compromiso asumido
por los Capítulos Generales anteriores de empeñarse
más decididamente a la promoción de la Justicia
y de la Paz. Es una exigencia del evangelio y nuestra respuesta
a los signos de los tiempos. Por consiguiente, proponemos las
siguientes determinaciones:
a) Cada circunscripción nombrará a un promotor
de Justicia y Paz y le favorecerá y animará en
su trabajo.
b) En y a través de nuestros apostolados actuales nos
esforzaremos en buscar e influir en la opinión de aquellos
con quienes trabajamos, especialmente la juventud y quienes
trabajan en el ministerio educativo. Especialmente:
- Proponemos que la pastoral juvenil sea un canal por medio
del cual los jóvenes pueden desarrollar su capacidad
de servicio, con un auténtico compromiso con los principales
temas sociales de nuestro tiempo, especialmente los indicados
por la ONU y apoyados por el Observador permanente de la Santa
Sede. La pastoral juvenil promoverá reuniones sobre estos
temas, a nivel local, nacional y regional, y en los Encuentros
organizados por la Orden. La pastoral juvenil debe organizar
y participar en campañas que promuevan los ideales cristianos
de justicia y paz.
- Proponemos que los agustinos implicados en el ministerio educativo
den una especial atención a la contribución agustiniana
hacia los temas de importancia social, y consideren seriamente
promover en las instituciones educativas de la Orden el Programa
"Cultura de Paz" patrocinado por UNESCO, a través
de los representantes de la Orden.
c) Cada circunscripción establecerá y mantendrá
un Fondo de Solidaridad para contribuir a atender oportunamente
a necesidades especiales, así como para promover proyectos
de desarrollo. Los estatutos de cada circunscripción
determinarán con precisión cómo se creará,
se dotará y se mantendrá un Fondo de Solidaridad,
así como también la cantidad destinada para promocionar
la dignidad de los pobres.
B-17. Se requiere una presencia agustiniana más permanente
en la ONU. Para poder mantener las prioridades expresadas por
la Orden, se designará un representante para la ONG agustiniana
ante las Naciones Unidas. Será nombrado por el Prior
General, y responderá directamente al Consejo General,
a través del Consejero designado para este contacto,
y con el Secretariado de Justicia y Paz de la Orden. La duración
del servicio será a discreción del Prior General.
La financiación se realizará a través de
la colaboración voluntaria de las Provincias, cuando
lo solicite el Secretariado de Justicia y Paz de la Orden, en
coordinación con el Consejo General. Las responsabilidades
de este representante son:
- presencia y participación en la programación
y en las sesiones de las ONG reconocidas por la ONU;
- comunicación con los agustinos de todo el mundo;
- la participación en el Secretariado Agustiniano de
Justicia y Paz;
- responsabilidad financiera ante el Consejo General y el Secretariado
de Justicia y Paz.
B-18. La Secretaría de Justicia y Paz organice un curso
durante este período de seis años con el objetivo
de promocionar un proceso de reflexión sobre los principales
temas del área de Justicia y Paz en la Orden, según
la doctrina social de la Iglesia y nuestra herencia agustiniana.
B-19. A fin de fortalecer la participación de los laicos
en nuestra actividad, las circunscripciones fomentarán
organizaciones no lucrativas para el desarrollo, así
como también asociaciones de voluntariado, legalmente
reconocidas en las respectivas naciones.
B-20. En respuesta a los signos de los tiempos y como herederos
fieles de Agustín, el Capítulo General desea invitar
a los miembros de la Orden a prestar una especial atención
a Africa. No para buscar allí nuevas misiones, sino para
fortalecer y apoyar allí donde la Orden ya está
presente. Impulsaremos la colaboración entre las comunidades
de la Orden en este esfuerzo. El Consejo General buscará
el apoyo financiero en las circunscripciones de la Orden para
los programas de la formación inicial y permanente de
nuestras circunscripciones en Africa. Un esfuerzo especial se
hará para organizar la verdadera comunidad agustiniana
como presencia evangelizadora en Africa. Las comunidades agustinianas
en todo el mundo tratarán de promover la causa de Africa
en nuestras actividades apostólicas.
B-21. La Orden debe tomar seriamente en consideración
la situación global de Asia, así como la presencia
de la Iglesia y de la Orden.
3.2. Secretariado de justicia y Paz de la Orden
Objetivos del Secretariado:
1. Poner al alcance de las Delegados de las circunscripciones
información, recursos y oportunidades en su tarea de
educarnos en los valores de la justicia y la paz para que puedan
ser integrados en la formación inicial y en nuestro ministerio
al Pueblo de Dios.
2.Por medio de la red de delegados, facilitar la comunicación
entre circunscripciones para permitir mayor agilidad en manifestar
nuestra solidaridad en asuntos de justicia y paz.
3. Animar y facilitar la toma de postura corporativa y acciones
conjuntas de la Orden relacionado con temas de justicia y paz
(la carrera armamentista, las armas nucleares, la deuda externa,
entre otros).
Trabajo hasta la fecha:
1. Publicación de un primer comunicado a los Delegados
de Justicia y Paz de las circunscripciones, por medio del Superior
Mayor. (diciembre de 1995) con una breve reseña histórica
del origen de este servicio en los documentos de la Orden.
2. Primer encuentro de la Comisión Internacional de Justicia
y Paz de la Orden.
3. Presentación de la solicitud de la Orden como Organización
No-Gubernamental (ONG) ante el Departamento de Información
Pública de las Naciones Unidas para promover la postura
de la Orden en la comunidad de Naciones.
Medios propuestas por la Comisión Internacional de Justicia
y Paz de la Orden para conseguir los objetivos:
a. Establecer contacto directo con los Delegados para animarles
a crear el Secretariado de Justicia y Paz en su circunscripción.
Se hará por medio de una encuesta (antes de marzo 1997)
en anticipación a un encuentro regional de Delegados
(antes de fines de 1998) donde sea posible.
b. Cuando la Orden sea asociado formalmente con la ONU, promover
la participación de miembros de la familia agustiniana
en las distintas comisiones de la ONU y en la red de ONG's asociados
a la ONU.
c. Para promover diálogo entre los miembros de la Orden
y para crecer en la conciencia de los grandes temas sociales
de nuestros tiempos, a igual que promover acciones en respuesta
a estos temas, ya designados por la ONU y por la Iglesia en
preparación para le tercer milenio, publicar un boletín
con información pertienente sobre el tema (datos estadísticos,
citas de las Sagradas Escrituras y de la tradición agustiniana,
con preguntas para reflexión y diálogo comunitario).
d. Para facilitar información en la Orden entre proyectos
necesitados de financiación y posibles financiamientos,
la Comisión Internacional servirá como puente
por medio de los Delegados.
e. Publicación cada dos meses de una hoja informativa
a cada Delegado con información sobre justicia y paz
de varias fuentes ( la Comisión de Justicia y Paz de
la Unión de Superiores Mayores, Las Naciones Unidas,
otros boletines internacionales).
La Comisión Internacional de la Orden de Justicia y Paz,
basándose en los documentos indicados entre paréntesis,
entiende que a nivel de cada circunscripción:
1. Debe haber un Delegado (Animador / Promotor) de Justicia
y Paz ( CG 1995)
2. Que la circunscripción trabaje hacia la creación
y funcionamiento de un Secretariado de Justicia y Paz de la
propia circunscripción. ( CG 1983 )
3. La circunscripción debe establecer un Fondo de Solidaridad
para promover la justicia y la paz, con miras principalmente
hacia los más pobres. (CGI 1992) Se recomienda que la
circunscripción designe por lo menos 4 o cinco por ciento
de su presupuesto a este Fondo de Solidaridad. ( GC 1995)
4. La circunscripción deber tener un programa para la
promoción de Justicia y Paz. (CG 1995 Decreto 21). Que
el Prior General, los Asistentes y el Superior Mayor deben revisar
en sus visitas oficiales a la circunscripción este programa
( CG 1995 Decreto 23) especialmente los áreas siguientes:
- Formación inicial y permanente:
- la presentación sistemática de las ciencias
sociales ( Const 199)
- la defensa de los derechos humanos, particularmente los de
la familia, a la educación, y a la objeción de
conciencia al servicio militar obligatorio ( CGI 1992 ).
- Revisar los apostolados para asegurar que siempre estemos
atendiendo a los más necesitados, especialmente a los
pobres y marginados (Const 199 CG 1995 Decreto 23)
- Educación:
- favorecer la enseñanza de la Doctrina Social de la
Iglesia
- asegurar proyectos de concientización y participación
en solidaridad con los más pobres
- incluir la opción por los pobres en sus programas educativos.
( CG 1995)
- Coordinar y estar en contacto con otros responsables de Justicia
y Paz a nivel nacional y regional (Conferencia Episcopal, Conferencia
de Religiosos y otros). (CG 1995 Decreto 22)
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