Informe Area de Formación-Vocaciones Informe
Area de Educación Informe
Area de Pastoral Democración
de la Comunicación Globalización
Nuevas Tecnologías y Televisión Carta
del Prior General sobre la Beatificación de Fray Mariano de la Mata Noticias
del Curia General
|
GLOBALIZACIÓN NUEVAS TECNOLOGÍAS Y TELEVISION
Fr.
Fabricio Alejandro Moreno Jimenez Los medios de comunicación, especialmente
la televisión, tienen su origen en la constitución de la modernidad,
vinculados a las clases emergentes han tenido un protagonismo fundamental en el
desarrollo del escenario de mediación en el que sienta sus bases la sociedad
capitalista. El sistema informativo se consolida y desarrolla, como tal, esto
es como sistema institucional de producción y circulación de contenidos
simbólicos durante el proceso de surgimiento y aplicación intensiva
de la producción masificada por la nueva industria fordista, justamente
cuando es necesario establecer una nueva norma de consumo de masas. La era de
los medios es efecto la era de la cultura de masas "(S Caballero "Teoría
de la Información"). Son muchas las implicaciones de la industria
de la televisión en el reordenamiento del sistema hegemónico, al
que pertenece, que se manifiesta en un nuevo orden económico que M. Castells
denomina informacional/global2 "La denominó informacional y global
para identificar sus rasgos fundamentales y distintivos, y para destacar que están
entrelazados. Es informacional porque la productividad y competitividad de las
unidades o agentes de esta economía depende fundamentalmente de su capacidad
para generar, procesar y aplicar con eficacia la información basada en
el conocimiento. Es global porque la producción, el consumo y la circulación,
así como sus componentes están organizados a escala global, bien
de forma directa bien mediante una red de vínculos entre los agentes económicos.
Es información y global porque en las nuevas condiciones históricas,
la productividad se genera y la competitividad se ejerce por medio de una red
global de interacción". Junto con esta aportación a la construcción
y expansión de la cosmovisión simbólica necesaria para el
nuevo orden, la industria de la televisión está directamente implicada
y/o afectada en el proceso de interconexión económica, política
y cultural que hace posible el fenómeno de la globalización. La
inversión, el capital, se ha derramado copiosamente sobre este sector que
establece las redes de relaciones entre el mercado y la cultura, como nos recuerda
V. M. Marí Saez4 "Los medios de comunicación entendidos como
empresas no buscan solamente vender productos, sino algo más importante:
comprar y configurar las audiencias. Buscan establecer en los ciudadanos marcos
de comprensión, valores orientadores, que aseguren la posterior asimilación
de sus mensajes. Su papel lo explicita Sierra Caballero5 en los siguientes términos: "El
papel de los medios de información en el proceso de transnacionalización
cultural ha sido definido por la determinación de los valores transversales
que integran los objetivos de la producción capitalista: mantener en funcionamiento
el sistema productivo mediante la instauración de la norma acrítica
del consumo; sostener la estructura del poder político que consolida, a
nivel de la superestructura, el orden económico y la desigualdad social;
reforzar una cosmovisión atomizada de lo social en el control de actitudes
y valores; y reducir la capacidad crítica de los comunicadores en función
de patrones ideológicos de corporativismo profesional".(S. Caballero
2000) Desde esta perspectiva preguntarnos que hay de cierto y, que de publicitario
en el discurso tecnológico de los medios de comunicación, específicamente
en el área de televisión, nos lleva a una primera consideración:
la industria de la televisión es parte en el proceso, es más, tal
vez su función principal sea construir un paquete integrado de creencias
en torno al fenómeno que nos lo representen como real, es decir generar
nuevos mitos que en muchos casos bordean la frontera de lo mágico, o como
lucidamente enuncia Chomsky "Ilusiones Necesarias" o como apunta Sierra
Caballero citando a R. Alcina6 " el rol de los mass media está institucionalizado
y tiene la legitimidad para producir la realidad socialmente relevante". En
este sentido los medios de comunicación participan más del discurso
hechizante y mítico en relación con las NTs que del discurso técnico
objetivo y preciso. Los predicados míticos asociados Abundancia, Transparencia,
Ubicuidad, Instantaneidad e Interactividad, están estrechamente relacionados
con la televisión y son intensivamente proyectados por estos. Por otra
parte la publicidad, quita columna del marketing, forma parte de otra de las industrias
poderosas del sistema capitalista que es, también, nuclear en el proceso
globalizador, con una función, nada oculta, de generación de esa
cosmovisión necesaria para el funcionamiento del modelo. A titulo ilustrativo
recordemos que el mercado de la publicidad en los medios de comunicación
en España era de 34.500 millones de pesetas en 1976 y en 2000 rondaba el
billón. La dependencia tanto de la publicidad, como de la información
aportada por los agentes hegemónicos: sistema financiero, gobiernos, gabinetes,
etc, estrecha los márgenes de la pluralidad informativa. "Los medios
de comunicación colectiva mantienen una relación simbiótica
con las fuentes de información poderosas, tanto por necesidad económica
como por reciprocidad de intereses". Esta sintonía, esta relación
mediático publicitaria y su función equilibradora del mercado en
el sistema democrático que han puesto de relieve investigadores como Chomsky
y Herman es recogida por Sierra Caballero en su texto Teoría de la Información,
quien concluye el capítulo dedicado a la Información y Propaganda
recordándonos que: "El dominio de los medios de comunicación
por parte de la élite y la marginación de la disidencia que se deriva
de la actuación de los filtros explicados se realiza de manera tan natural
que los comunicadores que trabajan en las organizaciones informativas son capaces
de auto convencerse de la libertad de elección, tratamiento e interpretación
de las noticias como profesionales independientes" Mientras que el significado
de la globalización sigue siendo ambiguo, la "globalización
de los medios" o los "medios globales" se han convertido rápidamente
en clichés en los estudios sobre la comunicación. Sin embargo, se
pueden plantear dos preguntas sobre la utilización de tales términos.
En primer lugar, ¿qué significa una industria
globalizada de la comunicación? y, en segundo lugar, podemos asumir que
una globalización genuina de la industria ya ha sido realizada. Siendo
más precisos, ¿cuál es la dirección de los cambios
que podemos observar ahora -globalización, localización o algo más? Muy
a menudo, cuando se utiliza el término "global", en conjunción
con la televisión o la industria de la comunicación, éste
se refiere primordialmente a la extensión de la cobertura, y así
la popularidad de la televisión por satélite y las redes de computación
sirven como evidencia para demostrar la globalización de la comunicación. Efectivamente,
nunca antes en el curso de la historia había sido posible sintonizar el
mismo canal de televisión en más de 150 países, y tampoco
había existido un medio de comunicación que lograra atraer a centenas
de millones de usuarios. Sin embargo, como dijo Ferguson, los vínculos
creados por el así llamado proceso de globalización se limitan principalmente
a los países de la OCDE y del G7, los cuales constituyen un tercio de la
población mundial. Y aún cuando un medio, por ejemplo CNN, puede
anotar a más de 150 países en su mapa, el grado de penetración
y consumo real presenta un panorama bastante distinto. Como dijo Street (1997
:77), el hecho de que un producto esté presente en todos lados no garantiza
que logre el mismo nivel de popularidad, ni tampoco adquiera la misma importancia,
significación o respuesta. No es ningún secreto que las audiencias
de CNN normalmente sólo incluyen a un fragmento pequeño de la población
nacional. Sin embargo, la significación de una industria globalizada
resultaría seriamente distorsionada si se excluyeran otras dimensiones
de la discusión. Estas dimensiones, incluyendo las dinámicas del
mercado, los modos de producción, los contenidos y mensajes transmitidos,
están estrechamente relacionados con la percepción del rol y la
función de la comunicación en el proceso de globalización,
la dirección de los cambios en la industria, y, finalmente, las imágenes
culturales presentadas por las teorías de la globalización. No
negamos que los precios competitivos constituyan una razón de peso para
la disponibilidad de los programas estadounidenses y japoneses en gran parte del
mundo. Sin embargo, si los precios fueran el único factor importante, las
compañías que producen los productos más baratos y más
atractivos, con las redes de distribución global más extensas y
las mejores habilidades promocionales, se hubieran convertido en los únicos
proveedores del mercado global, dejándoles muy poco lugar a los jugadores
nacionales y locales más pequeños y menos competitivos. Para
los teóricos críticos, los medios de comunicación pueden
ser considerados como industrias que comercializan y estandarizan la producción
de la cultura (Kellner, 1989). Esta definición pone el acento en una propiedad
importante de los medios: un negocio que produce, distribuye y vende productos
mercantiles. Pero el reconocimiento de esta propiedad no debe ignorar otra característica
igualmente importante de los medios: su esencia cultural. Los productos culturales,
más que cualquier otro, reflejan los valores culturales de sus productores
y la realidad social en la cual fueron producidos. De esta manera, ver un programa
de televisión o escuchar la radio no pueden ser considerados como un mero
acto de consumo ; estos actos implican un proceso más bien complejo de
decodificación de significados culturales. Aunque los precios competitivos
puedan contribuir a la amplia disponibilidad de ciertos productos culturales,
la obtención de productos culturales difiere de la obtención de
los bienes de consumo típicos debido a que consideraciones tales como la
calidad del producto pueden ser poco significativas en la decisión de mirar
o no mirar un programa televisión. Por esta razón, el mercado
de bienes culturales no opera solamente a partir de fuerzas económicas.
Siguiendo una lógica parecida, las tecnologías de la comunicación,
la otra pretendida fuerza mayor para la globalización, también tienen
sus puntos ciegos al tratar de explicar todos los cambios -una conclusión
que podemos derivar, sin demasiada dificultad, de la discusión sobre la
significación de "lugar" y "culturas locales" en la
literatura sobre la globalización. Ciertos neomarxistas consideran la
globalización como un proceso en el cual el sentimiento de pertenencia
ya no está conectado con diferentes lugares; ellos argumentan que el sentido
de pertenencia se refiere a una sola sociedad global. Por esta razón es
válido decir que la cultura local y el "lugar" local siguen siendo
aún más importantes que el global para la mayoría de la gente.
"Aún si la globalización cultural, como dijo Giddens, constituye
una parte importante de la globalización y aún si la cultura local
sufre un reto constante, existen pocas señales de la existencia de una
sola cultura global homogénea" (Lie, 1998 :144). |