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RETIRO PARA LAS COMUNIDADES
(en torno al 13 de noviembre)

(CENTRADO EN EL DISCIPULADO DE CRISTO…PUEDE ADAPTARSE PARA REALIZARLO EN UN CAPÍTULO LOCAL, EN UNA CELEBRACIÓN LITÚRGICA, ETC. …)




I.- ORACIÓN INICIAL

EL GRAN CANTO DE AMOR DE AGUSTIN DE HIPONA

“Cierto estoy y ninguna duda me cabe, Señor, de que te amo. Iluminado en el corazón por ti, mediante tu palabra, te amé e incluso el cielo y la tierra y todas las cosas que contienen, de todas partes me dicen que te tengo que amarte, como lo dicen a todos los hombres sin pausa, para que no tengan excusas. Más profunda misericordia tendrás de aquél del que tuviste misericordia, tendrás misericordia con aquél hacia el que fuiste misericordioso. Diversamente cielo y tierra repetirían tus alabanzas a los sordos. Pero, ¿qué amo cuando te amo? No una belleza corpórea, ni una gracia temporal: no el esplendor de la luz tan querido a mis ojos, no las dulces melodías de las cantilenas que cualquier tono, no la fragancia de las flores, de los ungüentos y los perfumes, no el maná y la miel, no los miembros agradables a los abrazos de la carne. Nada de esto lo amo, cuanto amo a mi Dios. Y sin embargo amo una especie de luz y voz y olor y alimento y abrazo en el amor de mi Dios: la luz, la voz, el olor, el alimento, el abrazo del hombre interior que hay en mí, donde brilla una luz a mi alma no envuelta por el espacio, donde se expande un perfume no disperso por el viento, donde se descubre un sabor no atenuado por la voracidad, donde se anuda un apretón no interrumpido por la saciedad, amo esto cuando a mi Dios”. (Confesiones 10, 6-8)

1. Pongo mis sentidos para alabar a Dios. Pueden cantar y meditar. La canción inspirada en las Confesiones: Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva…

II.- LECTURA DE MEDITACION O REFLEXIÓN (se pueden hacer todas o algunas de ellas; seguidas o con pautas de reflexión…)
Concilio Vaticano II. Lumen Gentium. 42: Los consejos evangélicos.

Dios es caridad, y el que permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él (1 Jn 4,16). Y Dios difundió su caridad en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que se nos ha dado (cf. Rom. 5,5). Por consiguiente, el primero y más imprescindible es la caridad, con la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por El. Pero, a fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, todo fiel debe escuchar de buena gana la palabra de Dios y poner por obra su voluntad con la ayuda de la gracia. Participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en la funciones sagradas. Aplicarse asiduamente a la oración, a la abnegación de sí mismo, al solícito servicio de los hermanos y al ejercicio de todas las virtudes. Pues la caridad, como vínculo de perfección y plenitud de la ley, rige todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin. De ahí que la caridad para con Dios y para con el prójimo sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo.
Dado que Jesús, el Hijo de Dios, manifestó su amor entregado a su vida por nosotros, nadie tiene mayor amor que el que entrega su vida por El y por sus hermanos (cf. 1 Jn 3,16; Jn 15,13). Pues bien: algunos cristianos, ya desde los primeros tiempos, fueron llamados, y seguirán siéndolo siempre, a dar este supremo testimonio de amor ante todos, especialmente ante los perseguidores. Por tanto, el martirio, en el que el discípulo se asemeja al Maestro, que aceptó libremente la muerte por la salvación del mundo, y se conforma a El en la efusión de su sangre, es estimado por la Iglesia como un don eximio y la suprema prueba de amor, Y si es don concedido a pocos, sin embargo, todos deben estar prestos a confesar a Cristo delante de los hombre y a seguirle por el camino de la cruz, en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia…
Texto Agustinianos: meditación comunitaria sobre cada punto. ¿Qué me dice este texto a mí o a la comunidad?
1.- Como Luz, entre quienes proyectan tinieblas.- “El bueno transita por el camino de los pecadores, naciendo como ellos; pero no se estaciona, porque no le retienen las seducciones del mundo” (Com. Salmo 1,1). “La bondad de los justos ofenda a los malos; pero la iniquidad de los impíos aprovecha a los buenos” (Com.Salm. 99, 3).

2.- Como signo y testimonio de paz, entre quienes promueven la división.- “Tened, pues, la paz, hermanos. Si queréis atraer a los demás hacia ella, sed los primeros en poseerla y retenerla. Arda en vosotros lo que poseéis para encender a los demás... Por tanto, quienes aman la paz quieren que otros la posean con ellos y se entregan a la tarea de aumentar los posesores, para que aumente la posesión..(Sermón 357, 1-3).

3.- Nuestra presencia en el mundo, como seguidores de Jesucristo, encontrará siempre contradicción.- “El hombre justo es abominación para el impío”(Cuest. Sobre el Heptateuco, 1, 154; 2,28). “Cuanto mejor es el justo, más gravoso es para la iniquidad” (Com. Salm. 36, s, 2,1).

4.- Nuestra respuesta evangélica a las negatividades de este mundo.- “Hombre y pecador son dos cosas diferentes: Cuando oyes «hombre», oyes lo que hizo Dios; cuando oyes «pecador», oyes lo que hizo el hombre mismo” (In Jo.Ev. 12, 13). “Muchas veces, cuando creíste odiar a tu enemigo, te equivocas: ¡Has odiado a tu hermano!” (Com. Salmo 54, 4). “El que mandó a los hombres amar a su prójimo, no excluyó de este precepto a ninguno de los hombres” (De Doctr.C. 30,31). “Debes odiar el crimen, pero amando al criminal”.- (Ep. 133, 2).

5.- Nuestra presencia en el mundo ha de responder a los signos de los tiempos y lugares.- Hay prácticas que varían según los distintos lugares y países. Así, por ejemplo, unos comulgan cada día y otros comulgan sólo ciertos días. Unos (sacerdotes) no dejan pasar un sólo día sin celebrar, otros celebran sólo el sábado y el domingo; otros sólo el domingo. Si se consideran estas prácticas y otras semejantes que pueden presentarse, todas son de libre elección...Lo que se prueba que no va contra la fe ni contra las buenas costumbres, hay que tenerlo por indiferente, y observarlo, en todo caso, por solidaridad con aquellos entre quienes se vive"(Carta 54,2,2). En cuestiones no esenciales,"entiendo que más conveniente es desatar que mantener la traba"(Carta 36,11,26).

6.- Nuestra presencia evangelizadora ha de ser flexible a los cambios y valorativa de las diferencias.- "No es verdad lo que se dice, que una cosa bien hecha una vez no puede ser cambiada en modo alguno. Varían las condiciones del tiempo. La misma recta norma exige que se cambie lo que, con anterioridad estaba bien hecho. De tal manera que, mientras ellos dicen que no se obraría bien si se cambiase, la verdad proclama, por el contrario, que se haría mal en no cambiar, puesto que ambas cosas estarían bien hechas, teniendo en cuenta que son distintas, ya que distintos son también los tiempos" ( Discurso 138,1,4:PL 33,526).


III.- PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO
 Realice la lectura del Concilio Vaticano II y pida a los hermanos que hablen sobre la entrega a Cristo a través de los hermanos.
 ¿Das la vida por los hermanos de la comunidad en que vives? ¿Cómo te entregas a anunciar el Reino de Cristo en tu propia comunidad?
 Analizar los distintos textos agustinianos: ¿tienen ese valor en la comunidad? Y en caso contrario, ¿cómo hacer que vivirlos en nuestra vida cotidiana?

IV.- ORACIÓN POR LA REVITALIZACIÓN DE LA ORDEN EN AMÉRICA LATINA

ORACIÓN DEL JUBILEO AGUSTINANO

PETICIONES ESPONTÁNEAS....