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El Vicariato Agustiniano de Panamá


P. Francisco Galende, OSA

Precedentes de la Orden Agustiniana en Panamá

La presencia de los agustinos en Panamá comenzó, podemos afirmar, en los inicios mismos de la acción colonizadora y evangelizadora del Istmo. Apenas un siglo después de descubierto éste por Rodrigo de Bastidas (año 1501), y ochenta y seis años después de fundada la ciudad de Panamá, era designado obispo de la misma Fray Agustín de Carvajal, nacido en México y Delegado en el Capítulo General de la Orden en ese mismo año de 1605. Fray Agustín de Carvajal miembro eminente de la Provincia de México, quien promovió la independencia de esta Provincia respecto de la de Castilla, de España.

El obispo Carvajal fue el iniciador de una larga y benemérita trayectoria agustiniana en Panamá. El consagró la primera catedral de Panamá, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción, más tarde destruida por el pirata Morgan (1671) y cuyas respetables ruinas se contemplan aún en PanamáViejo. Asimismo, este Obispo ordenó, en Panamá, los dos primeros sacerdotes agustinos: Fray Juan de San Agustín y Fray Juan de la Concepción, procedentes de Nueva Granada (Colombia), con los que, junto con el P. Vicente Mallol, también llegado de Nueva Granada, fundó el Convento de San José y el Seminario de San Agustín (año 1612). El convento e iglesia de San José, más tarde trasladados a la nueva ciudad, reconstruida en 1673, tras el asalto de Morgan, han sido el Centro de la gran obra agustiniana, hoy tan floreciente, de los Agustinos Recoletos en Panamá. También él hará la reconstrucción de madera de la Catedral, entonces en ruinas.

El segundo Agustino OSA, en Panamá, fue el obispo Fray Juan de Argúelles, procedente de la Provincia Ntra. Sra. de Gracia del Perú, natural de Lima (1699-1714), que fundó, el 22 de septiembre de 1702,  una de las instituciones beneméritas hasta hoy en Panamá: El Hospital Santo Tomás de Villanueva.

También él hará la reconstrucción de madera de la Catedral, entonces en ruinas. Otro agustino que llegó fue Fray Diego Salinas y Cabrera (1743), nombrado para suceder a Don Pedro Morcillo Rubio (1728 -1742), pero que no aceptó.

Por lo demás, la historia de Panamá señala, entre los panameños notables de la época colonial, a "Fray José Luis Lila, obispo de Huamanga, Perú (1764). Fue Procurador General de la Orden de San Agustín en Madrid y Roma, y Secretario General de las Provincias de España e Indias. Murió en 1769". (Castillero R., E.J., Historia de Panamá).

La Provincia Matritense funda en Panamá

La Provincia Matritense del Sagrado Corazón de Jesús ha iniciado, en la década de los 60, una etapa de decidida expansión y renovación institucional. En España algunos de sus viejos colegios son sustituídos o modernizados, y se construyen varios más de nueva fundación. Por otra parte, diversas razones aconsejan a la Provincia expandir su acción apostólica en América, preferentemente en algún país de habla española.

A este fin, su Superior Provincial, P. Gabriel del Estal, comisiona al P. Benigno Pena, entonces residente temporal en Bogotá (Colombia), para otras posibilidades de fundación en Panamá. Varios factores facilitaron el camino para hacer realidad la pretendida fundación. Recientemente había sido creada la Diócesis de Chitré, provincia de Herrera, y su primer obispo, Mons. José María Carrizo Villarreal, ofrecía y solicitaba a los PP. Recoletos la fundación de un colegio en la Diócesis, para el que dispone ya de un terreno adecuado. El entonces Vicario Provincial de los Agustinos Recoletos, P. Benjamín Ayechu, que declinó tal ofrecimiento, pone en contacto al P. Benigno con el obispo de Chitré, que le acoge con agrado y le concreta sus deseos.

Otra circunstancia contribuyó a abrir caminos a la Provincia Matritense en Panamá: el mismo P. Benjamín Ayechu, era promotor y protagonista de la recientemente creada Universidad Católica de Panamá, cuya rectoría llevaba personalmente en estas fechas. Necesitado de completar su cuadro de profesores, se dirige al P. Gabriel del Estal para expresarle su deseo de que algún religioso de la Provincia Matritense asuma una cátedra en dicha Universidad. El P. Bonifacio Díez Fernández llegaba, en efecto, algún tiempo después, a Panamá, para ocupar la cátedra de Derecho en la Universidad Católica.

El acuerdo entre el P. Provincial y el obispo de Chitré se fue concretando con notable agilidad, y, antes de la formalización de un contrato, el P. Gabriel envió los dos primeros religiosos, con destino a Chitré: Los PP. Marceliano García Santos y Rafael del Valle Escanciano. Embarcados en Barcelona, arribaban a Puerto Cristóbal de Panamá el 20 de febrero de 1966. La cálida recepción y efectivo apoyo de los PP. Recoletos son exponente de una ejemplar fraternidad agustiniana.

La Comunidad de Chitré

Fundación y primeros pasos

Los PP. Marceliano y Rafael, provisionalmente hospedados en el mismo palacio episcopal, se hacen cargo casi de inmediato de la Parroquia de Monagrillo. Esta ha sido creada en el momento por el Señor Obispo, escindiendo su sector de la Parroquia central de la Diócesis la de la Catedral, única hasta entonces en la ciudad.

Los estudios de viabilidad de un colegio, llevados a cabo por los padres, dan un resultado negativo: no hay garantía de suficiente profesorado y alumnado en la zona, y el nivel económico del común de la población no ofrece perspectivas para un colegio privado, necesariamente más caro que los centros de enseñanza estatal, notablemente multiplicados por el Gobierno Nacional en los últimos años. En consecuencia se abandona el proyecto.

La nueva Parroquia de Monagrillo no tiene volumen suficiente para ocupar a una Comunidad religiosa; por lo que el Señor Obispo decide entregar a los Agustinos la dirección de la Parroquia de San Juan Bautista de Chitré, con sede en la iglesia catedral. En el mes de junio de 1966 se firma el primer contrato, por el que el Obispo de Chitré acepta, y la Provincia Matritense asume la responsabilidad y atención de la parroquia por un período renovable de diez años. El 28 de septiembre del mismo año la comunidad agustiniana completa el número estipulado de 4 religiosos, con la llegada de los PP. Francisco Iturbe y David Renedo.

La parroquia de San Juan Bautista cuenta actualmente un total de unos veintisiete mil habitantes. Dispone de una universidad, donde ofrecen unas dieciseis especialidades. Mantiene cuatro colegios de segunda enseñanza y seis escuelas primarias. Atiende las necesidades sanitarias en dos hospitales provinciales y dos clínicas particulares. En cuanto capital de provincia, tiene Gobernación, Alcaldía, Guardia Nacional, cuerpo de bomberos y diversas instituciones provinciales. Además de la iglesia catedral, se ofrecen servicios religiosos con regularidad en seis capillas.

Los chitreanos son sencillos y amables, amigos de las fiestas y muy respetuosos con el sacerdote. La situación socioeconómica ofrece grandes desigualdades y desafiantes contrastes entre las urbanizaciones de los más adinerados y los típicos suburbios, surgidos de la inmigración campesina.

Su religiosidad responde a un patrón popular, con profundo apego a las tradiciones religiosas, con ambigüedades, es cierto, pero también con significativos valores: devociones populares, espíritu de fe y fraternidad, sentido religioso del dolor y de la muerte. La inmensa mayoría de la población está bautizada en la iglesia católica. Existen algunos indiferentes y numerosas confesiones protestantes fundamentalistas, con rasgos más o menos acusados de fanatismo. En los últimos tiempos, están haciendo cada vez más ruidosa su presencia y más constante su asedio a los domicilios de los más pobres y menos formados religiosamente. Son católicos practicantes alrededor de un 20%. Es grande el número de los apartados, salvo para bautismos, primeras comuniones, funerales y procesiones.

El clero de la diócesis es preocupantemente deficiente: suma únicamente un total de veinte sacerdotes, de los que diez son panameños, para una población global de 170,628 habitantes, en 1990, dispersos en 113 corregimientos.

Infraestructura pastoral

La comunidad agustiniana debió asumir, desde el principio, la tarea de ampliar la infraestructura pastoral, a todas luces insuficiente. La vieja residencia sacerdotal no daba cabida a una comunidad religiosa. La parroquia carecía de un centro parroquial que facilitara una acción apostólica evangelizadora. A este fin, en julio de 1969, se inició la realización del proyecto conjunto Centro ParroquialResidencia de la comunidad, inaugurado en febrero de 1970.

En este mismo año se perfiló el anteproyecto de un gran Centro de Cursillos de Cristiandad, al servicio de toda la diócesis, en los terrenos que ésta había adquirido para la construcción de un colegio privado. Estas edificaciones, denominadas Centro de Promoción Social y Cristiana DAMASCO, se inauguraron en agosto de 1975.

La adecuada atención pastoral estaba urgiendo la construcción de nuevas capillas en las diversas barriadas, alejadas de la catedral. Al principio existían solamente dos: la del corregimiento de la Arena y la de la barriada El Rosario. En mayo de 1981 se inauguró la capilla de Sta. Rita, que da su nombre a la hasta entonces conocida como barriada Las Peñitas. Al año siguiente, en el corregimiento de la Arena, se construyó una nueva capilla en honor a la Virgen del Carmen; era el siete de julio. En agosto de 1984 se terminaron las obras de una capilla bajo la protección de nuestro padre San Agustín en la barriada Nueva Soberanía. Esta capilla ha sido hermoseada con un piso de mosaico pulimentado a principios del 1992. En el año 1987, el siete de junio, se abrió al culto una preciosa iglesia con el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe en El Aserrío. Hoy día esta denominación ha sido cambiada por la de Villa Guadalupe.

La primitiva iglesia de La Arena se mostró pronto insuficiente para acoger a su feligresía. En 1987, tras dos años de trabajo, concluyeron las obras de una acertada ampliación, que aumentó en un tercio su capacidad.

A comienzos del 1992, se han iniciado las obras de dos Centros de Promoción y Culto. Uno, bajo la protección de Nra. Sra. del Buen Consejo y San Judas Tadeo, se halla en la barriada Renacimiento; la primera piedra ha sido bendecida y colocada el 26 de abril. El otro edificio, que recordará la figura de San Martín de Porres, está ubicado en la barriada que lleva el nombre de tan glorioso personaje.

A nivel de planos, proyectamos la construcción de una nueva iglesia en El Rosario, cuya población ha crecido notablemente durante los últimos años, haciendo totalmente insuficiente el primitivo templo.

La acción apostólica

Ha sido preocupación fundamental de la comunidad agustiniana trascender la clásica pastoral sacramental, para dar paso a una progresiva y más profunda evangelización. La arraigada religiosidad popular ha significado en este sentido, sin embargo, una cierta resistencia. Esto ha sido provocado tanto por el celo de nuestras gentes en no perder nada de lo acostumbrado, superabundante en devociones, invocaciones religiosas, misas por difuntos y otras muchas intenciones, procesiones, novenarios y fiestas patronales, como por su dificultad para aceptar una línea pastoral de mayor profundidad y exigencias de la fe.

Se han mantenido, empero, tres objetivos apostólicos fundamentales, aparte de la acción sacramental:

Evangelización y Catequesis necesarias para una adecuada educación en la fe: Cursillos a lo largo de todas las semanas del año para preparar a los padres y padrinos que desean bautizar. Cursos prematrimoniales una vez cada trimestre. Convivencias matrimoniales, una vez al trimestre también. Conferencias quincenales de cultura religiosa. Cursos de formación de catequistas una vez al mes, durante el tiempo que dura la catequesis, el curso escolar; estos catequistas llevarán luego la formación recibida a los distintos niveles en que trabajan: elemental, precomunión, primera comunión, avanzada, infancia misionera, confirmación. Cursos esporádicos sobre Sagrada Escritura, Doctrina Social de la Iglesia, Evangelización, etc. Cuando se trata de temas especiales, se procura invitar a conferenciantes competentes que trabajan en Panamá o que están de paso por el país.

Formacion de grupos. Pastoral de pequeñas comunidades en las que se facilitan las relaciones interpersonales y un mayor compromiso cristiano. Particularmente exitosos, en este aspecto, han sido los Cursillos de Cristiandad, que han brindado a la parroquia y a la diócesis esas minorías, fermento de hombres y mujeres, de fe sólida y compromiso recio, tan decisivo en la renovación de la masa. Ha adquirido un gran auge el Movimiento Familiar Cristiano. También son muy activas la Federación de Damas Católicas, las Damas Guadalupanas, las Damas Rosadas. Los grupos juveniles, organizados en diversas zonas, se mueven entre oscilaciones de entusiasmo muy variables. Las devociones a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y otras devociones piadosas aglutinan grupos de fieles que caminan con una relativa autonomía en relación con los sacerdotes. Existen en diversas zonas Grupos de Oración. Durante las seis semanas que dura la Campaña de Promoción Parroquial, se forman asambleas familiares en muchos lugares. De reciente implantación, pero dando ya frutos, es la Escuela de Padres.

Promoción humana y atención a los más necesitados. Las religiosas Oblatas del Sagrado Corazón dirigieron, en su primera etapa, las actividades que tenían por objetivo la promoción de la mujer. Hoy es la Federación de Damas Católicas quien lo hace. Con este propósito, funcionan en las capillas, o lugares próximos, centros de promoción femenina, donde se imparten conocimientos y se organizan talleres de contenido plural. Se canalizan hacia las barriadas marginadas las ayudas que contínuamente está recibiendo el salón parroquial. Hay ayudas de emergencia, becas de estudios, visitas semanales a todos los hospitales, así como a la cárcel. Las hermanas de la Caridad de S. Pedro Claver están a punto de asumir la dirección de un asilo para ancianos: esto significará para los sacerdotes de la parroquia un nuevo campo de trabajo.

La Comunidad de Panamá

Fundación y primeros pasos

Los primeros pasos de la fundación de la comunidad agustiniana de Panamáciudad se dan en los albores del año 1967. El P. Félix Valenzuela Cervera, finalizada su permanencia provisional entre los hermanos de la Provincia Agustiniana de Chile, es destinado a Panamá y, a su llegada, sondea posibilidades de fundación en la ciudad capital: España y la República de Panamá tienen, en efecto, convenio cultural y esta fundación facilitará a muchos religiosos de la Provincia la posibilidad de hacer estudios universitarios en este país, como lo han venido haciendo en Bogotá. Al propio tiempo amplía el campo de acción apostólica en un país iberoamericano de habla española, como la Provincia Matritense, en el momento, desea.

Nuevamente los PP. Recoletos brindan incondicionalmente apoyo moral y efectivo a nuestros hermanos. Y, tanto el P. Valenzuela, como los PP. Edelmiro Mateos y Tomás Sánchez, llegados en julio del mismo año, de Bogotá, residirán casi un año en el colegio San Agustín de los PP. Recoletos.

En sus inicios la pequeña comunidad naciente pretende orientarse hacia el servicio directo de la iglesia arquidiocesana, sin instituciones o infraestructura propias. De hecho el P. Félix Valenzuela trabaja, por mucho tiempo, en la Curia Arquidiocesana, como asesor del Señor Arzobispo, y asume también la asesoría del Movimiento Familiar Cristiano. Algunos años después dos miembros de la Comunidad PP. Fernando Valenzuela y Francisco Galende asesorarán también el Movimiento de Renovación en el Espíritu.

La urgencia inmediata era la adquisición de una casa para la Comunidad. Mientras se tantean distintas ofertas, se conoce la dificultad de muchos estudiantes, llegados del interior del país, para radicarse en la ciudad capital; y surge la idea de crear una pequeña Residencia Universitaria, cuya atención no impida la dedicación pastoral. Se opta así por la casa de dos plantas, ubicada en la Urbanización Los Angeles, y próxima a las Universidades Civil y Católica. Los tres Padres se trasladan a la misma en abril de 1968, y en julio siguiente empiezan a recibir inscripciones de estudiantes para la que se denominará Residencia Universitaria Gregorio Méndel.

Al finalizar el curso universitario de 1975, diversas razones aconsejan el cierre de la Residencia. La evolución de la Comunidad ha hecho sentir la necesidad de un trabajo pastoral más estable que dé garantía a nuestra presencia en Panamá. Y, a tal fin, se cursa solicitud al Señor Arzobispo de una parroquia a nuestro cargo. En septiembre de 1975, en efecto, Mons. Marcos Gregorio McGrath otorgó a los agustinos la atención de la Parroquia de Ntra. Sra. de Los Angeles, en la urbanización en que se halla ubicada la propia residencia.

La Urbanización Los Angeles, de reciente creación, es de escaso volumen poblacional apenas 2,800 habitantes, insuficiente para la dedicación de toda la Comunidad. Por tal razón, la Comunidad asume asimismo la atención de dos Vicarías Parroquiales vecinas: la de Santa Marta, en la Urbanización de Altos del Chase, y la de Santa María la Antigua, en la Urbanización del mismo nombre; ambas urbanizaciones todavía en proceso de construcción.

Infraestructura pastoral

Al asumir la comunidad agustiniana la responsabilidad de la Parroquia y Vicarías, ninguna de ellas posee templo: las respectivas comunidades son convocadas en locales provisionales, incómodos e insuficientes. Nuestros religiosos asumen la tarea generosa de construcción de las mismas, no como instituciones propias de la Orden, sino en servicio de la iglesia arquidiocesana.

El P. Ramón Villacorta inauguraba, en abril de 1981, el pequeño pero agradable y moderno templo de Santa Marta. Dos años después, el P. Julio de la Calle finalizaba la obra de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de Los Angeles, una de las más bellas y sugestivas de la ciudad. Y en 1985 el P. Rafael del Valle daba término al templo de Santa María la Antigua, amplio, suntuoso y de corte clásico. En el mismo año se ultimaban las obras del Centro Parroquial, anexo al templo de Ntra. Sra. de Los Angeles.

Estas obras, en sí materiales, habían servido, sin embargo, para aunar y comprometer en una empresa común, y de proyección espiritual, a unos grupos humanos resultantes de la más pluriforme inmigración (del interior del país) y de escasa cohesión entre sus miembros.

La acción apostólica

En Panamáciudad, la pastoral agustiniana ha tenido siempre una predominante y decidida orientación evangelizadora: en torno a los sacramentos, o paralelamente a los mismos. La vitalidad parroquial es más evidente en el dinamismo cotidiano de numerosos grupos afanosos de su permanente autoformación y crecimiento espiritual, y seriamente comprometidos en su respectiva misión apostólica. Específicamente:

La formación de catequistas. Conscientes de la importancia y seriedad de la educación en la fe de niños y jóvenes, se ha otorgado un interés primordial a la Escuela de Catequistas, en la que se ha ido preparando un grupo benemérito de jóvenes y adultos, generosamente disponibles para el desempeño de tan delicada y decisiva misión, que llevan a cabo, de ordinario, los sábados por la mañana.

Los grupos de base. Diariamente se congregan en las salas parroquiales diferentes movimientos de Iglesia, o grupos espontáneos de estudio, reflexión y oración para el propio sustento espiritual y para la planificación de su respectiva acción apostólica: Cursillos de Cristiandad, Movimiento Familiar Cristiano, Renovación en el Espíritu, Federación de Damas Católicas, Grupos de Matrimonios, Consejo Parroquial, Agentes de la Campaña de Promoción Arquidiocesana, etc. Frecuentes jornadas, seminarios y retiros de diversa índole contribuyen a la formación y vivencia cristianas de estos grupos.

El movimiento juvenil. Ha tenido especial relieve, en la Parroquia, el Movimiento de Jóvenes, pertenecientes a la Parroquia o llegados incluso de fuera de ella. Viven su mística en torno al sacramento de la Confirmación, en su triple etapa: preconfirmación, confirmación y postconfirmación. Una de las misas dominicales congrega predominantemente a los jóvenes, y está animada por los mismos. El Coro Juvenil Ntra. Sra. de Los Angeles ha adquirido notable importancia en la liturgia y pastoral parroquiales, y aún más allá de las mismas.

La Parroquia agustiniana y las dos Vicarías parroquiales de Santa Marta y Santa María han surgido apenas hace diez años, y a partir de cero. No obstante su vitalidad creciente augura las más bellas perspectivas de futuro.

La comunidad de Tole: Centro Misional "Jesús Obrero"

Fundación y primeros pasos

Tres hechos confluyentes motivaron, en los años 1967-1970, la fundación de la misión guaymí de Tolé por parte de la Provincia Matritense:

a) Los obispos de las tres diócesis más occidentales del país, David (Mons. Daniel E. Núñez), Bocas del Toro (Mons. Martín Legarra, OAR) y Santiago de Veraguas (Mons. Marcos G. McGrath) adquirieron el año 1967 el que había sido campamento de la compañía reconstructora del último tramo de la carretera panamericana. Dicho campamento estaba ubicado en la cabecera del distrito de Tolé, diócesis de David, donde se encuentra la más densa población indígena guaymí. Los señores obispos mostraban interés en fundar un Centro Misional dirigido, a ser posible, por una comunidad religiosa.

b) Monseñor Martín Legarra, a la sazón Delegado Episcopal de Misiones, tenía como secretario de dicho departamento al P. Félix Valenzuela, de nuestra comunidad de Panamá. A través de él, los obispos solicitaron y ofrecieron a la Provincia Matritense la proyectada fundación.

c) El ofrecimiento llegó a nuestra Provincia en un momento de evidente apertura y expansión apostólica y, desde el primer momento, se acogió el proyecto con simpatía.

El entonces Superior Provincial, P. Gabriel del Estal, propuso a referéndum en la Provincia la aceptación o no del que ya empezó a denominarse Centro Misional Jesús Obrero: se aceptó por mayoría absoluta. Tras un largo proceso de elaboración, el Consejo Provincial aprobaba el contrato, previamente redactado el 22 de noviembre de 1969. Posteriormente fue firmado por las dos partes interesadas.

El P. Gabriel del Estal, ya en las postrimerías de su mandato, designó como primer misionero al P. Julio de la Calle Jiménez, que tomó posesión de la Parroquia de Tolé y del Centro Misional el 8 de febrero de 1970. El 10 de octubre del mismo año se le unía el P. Francisco Galende Fincias, enviado por el nuevo Provincial, P. Leandro Soto Rábanos. La comunidad misionera no se completó hasta el 10 de octubre de 1971, día en que se agregó el P. Francisco Iturbe Sáiz, procedente de la comunidad de Chitré.

Infraestructura Pastoral

La Misión de Tolé abarca un territorio de 1.319 Km2, con una población de 33.319 habitantes, de los cuales las dos terceras partes son indígenas guaymíes y mestizos españoles. Gran parte de esta población tiene un índice altísimo de dispersión, disponiendo únicamente de senderos de a pie. Estos caminos, en la época de las lluvias, son con frecuencia intransitables y hasta peligrosos. Con anterioridad a nuestra llegada, había sido construido un Subcentro de Salud y una escuelita en el corazón de la comarca indígena. Ambas instituciones estaban regentadas por las religiosas de la Madre Laura. En la época anterior, la acción de la Iglesia había sido esporádica y superficial: gran número de comunidades del área, sobre todo indígenas, no habían visto jamás una religiosa o un sacerdote.

Urgencia inaplazable, al echar las bases de una efectiva acción misionera, fue la construcción de adecuados centros de convocación tanto en el centro misional como en los poblados principales de la zona. Por eso, al tiempo que se trazaban las líneaseje de un plan orgánico de evangelización, se inició un plan progresivo de construcción de instalaciones, que se irían realizando con el apoyo de personas, grupos y organizaciones locales e internacionales. He aquí en síntesis:

El 28 de abril de 1972, se inauguró el Centro de Promoción Humana en el área del Centro Misional. Dispone de capilla, dos amplios dormitorios, salón de conferencias, cocina y comedor. Desde sus comienzos, fue lugar apto para jornadas, retiros, seminarios, etc., no sólo para la misión, sino para la diócesis y aun para el país. El movimiento de Cursillos de Cristiandad Diocesano apoyó la construcción de este Centro. Su inauguración coincidió con el octavo Cursillo de Cristiandad de David.

A nuestra llegada, solamente cinco poblados del distrito, aparte de Tolé, tenían capilla. En el primer año, se construyeron cinco más. En la actualidad, disponemos de unas cuarenta capillas. El culto dominical, sin embargo, se celebra en cincuenta y cuatro comunidades.

El programa de promoción de la mujer, muy pronto puesto en marcha, exigió asimismo la construcción de los locales respectivos. En 1980, serán trece las comunidades que poseerán locales apropiados. En la actualidad, una Promotora recorre incansablemente las distintas comunidades, trabajando en esta tarea a tiempo completo.

En enero de 1973, se inauguró, en Tolé cabecera, el salón parroquial, con agua, luz y baño.

Saliendo al paso del sensible problema de multitud de indígenas que llegan a la comunidad cabecera y el Subcentro de salud de Llano Ñopo, muy frecuentemente enfermos, sin tener donde dormir, se construyeron dos casas dormitorio, u Hogar Guaymí. En abril de 1973, se inauguró el de Tolé cabecera y el 13 de julio de 1974, el de Llano Ñopo.

A comienzos del año escolar 1978, se da respuesta a otro grave problema indígena: los estudiantes, que finalizan sus estudios primarios en sus respectivas comunidades, no tienen posibilidad de realizar los estudios secundarios, a pesar de que, en la cabecera, existe un colegio donde se ofrecen los tres primeros años de los seis que conforman la enseñanza secundaria. Se crea la Residencia San Agustín (RESA) en los locales donde había funcionado durante años un Centro de Salud. En la actualidad, noventa y cinco jóvenes de ambos sexos se benefician no sólo de cómodas instalaciones, sino de tres profesores que les apoyan en sus estudios y los orientan en criterios humanos y religiosos. De 26.300 personas que han pasado por las escuelas, 10.700 no han completado el nivel primario y 12.700 han dejado de estudiar al terminar este nivel.

A lo largo de estos años, el Ministerio de Obras Públicas ha ido abriendo algunos caminos de penetración con firme de tierra que permiten el acceso en vehículo de doble tracción. Con la llegada de las lluvias, muchos de estos caminos se hacen intransitables.

La acción misionera

El primer gran desafío planteado a los misioneros es el de las condiciones de extremada marginación y pobreza, de analfabetismo, de enfermedad y de mortalidad, sobre todo infantil, bajo una descarada explotación de los minoritarios poseedores locales. Esta realidad planteó, desde el primer momento, la urgencia de un doble plan de promoción humana y de evangelización, debidamente compenetrados entre sí.

El equipo misionero, integrado normalmente por cuatro religiosos sacerdotes agustinos, cuatro hermanas de la Madre Laura en el Centro Misional y cuatro más en el Subcentro de Llano Ñopo, elaboran, en diciembre de 1971, el primer Plan Pastoral de Evangelización para el distrito de Tolé. Su objetivo inmediato es la selección de un grupo de varones de cada comunidad del campo para la asistencia a un seminario de iniciación cristiana que se impartiría, en doble tanda en mayo de 1972. Así surgieron los Delegados de la Palabra, que pasarán a ser los agentes insustituibles de nuestra labor espiritual y humana entre campesinos e indígenas.

El equipo misionero, en la actualidad, ya no cuenta con las cuatro religiosas de la cabecera, pero se ha enriquecido con cinco Delegados Animadores que cumplen, sin serlo, las funciones de Diáconos permanentes. También integran el equipo dos ingenieros agrónomos y cuatro extensionistas, así como una persona que trabaja en la promoción de la mujer y los tres profesores de ERSA.

Los frutos no se hicieron esperar. Ya a finales de 1972 podía presentarse el siguiente cuadro:

92 Delegados de la Palabra, pertenecientes a 18 comunidades.

15 Comunidades con celebración dominical de la Palabra.

3 Seminarios de iniciación cristiana para Delegados.

7 Jornadas de estudio y convivencia de Delegados, llevadas a cabo en el Centro misional.

1 Escuela de formación de Delegados en marcha.

4 Cursillos de catecúmenos, para preparación del bautismo de adultos.

5 campesinos titulados en alfarería.

El equipo misionero reelabora y concreta anualmente los objetivos generales y específicos, los medios de acción y la distribución de responsabilidades del Plan Pastoral de Evangelización. Este se asienta sobre unos criterios básicos que pretenden una síntesis entre evangelización y sacramentos, cambio social y conversión personal, evangelización y liberación. Señalamos algunos capítulos más relevantes de su evolución y logros:

Se mantiene la jornada de convivencia y formación mensual de Delegados de la Palabra, complementada por algunas jornadas, retiros o seminarios de diferente orientación y temario, a lo largo del año.

En julio de 1971, Cáritas diocesana puso en marcha su programa MaternoInfantil en tres comunidades y el Comedor Escolar en varias más. Este programa no se mantiene en la actualidad.

En septiembre de 1973, se impartió el primer curso sobre cooperativismo, dirigido por técnicos de la Dirección Nacional de Cooperativismo. Se inició de inmediato un amplio programa de pequeñas cooperativas de consumo en el área campesina e indígena. A veinte años de distancia, los resultados han sido más bien escasos: la tarea de mentalización no tiene nada de rápida ni de sencilla.

En septiembre de 1974, se inició el programa de promoción de la mujer. Tras el primer cursillo, se abren cinco centros y, posteriormente, ocho más. Hoy cuenta con instalaciones propias, instrumental, materiales y, sobre todo, con una profesora que, a tiempo completo, visita, anima y orienta los muchos grupos que existen a lo largo y a lo ancho de la geografía toleaña.

En enero de 1975, nació el Instituto Diocesano de Ministros no ordenados, con un intenso programa de formación progresiva para un grupo selecto de Delegados de los diversos equipos de la Diócesis. Ya hace años que dicho instituto no funciona. Pero, fruto indirecto de él, son los cinco cuasi diáconos que infatigablemente recorren el área todos los fines de semana, alentando a los delegados, catequistas, cantores, grupos de promoción de la mujer, grupos de promoción agropecuaria, etc.

En octubre de 1978, se puso en marcha, con una subvención de Misereor (Alemania), un amplio proyecto agropecuario (PACTO). Contamos hoy día con dos ingenieros agrónomos a tiempo completo, cuatro extensionistas y 20 promotores.

También en 1978, se inició el proyecto de alfabetización, patrocinado por el Programa Laubach en América Latina, de la Fundación Alfabetizadora Laubach. Funcionó en cuatro comunidades. Hoy está suspendido definitivamente.

En abril del mismo año, se inauguró la Residencia de estudiantes, RESA. Comenzó con veinticinco residentes. En 1992 cuenta con noventa y cinco. Las antiguas instalaciones, aviejadas e insuficientes, han sido completadas con construcciones de nueva planta, adaptadas a las nuevas exigencias pedagógicas.

Particularmente exitoso está siendo el programa de piscicultura, iniciado con la construcción de amplios estanques en las proximidades del Centro Misional, y continuado con la apertura de multitud de pequeños estanques familiares.

Se han construido bajo nuestra dirección, control y aliento, cinco puentes en lugares estratégicos. Alguno de ellos alcanza los 80 metros de luz. Un cálculo aproximativo valora estas obras en unos 250.000.00 $ USA. Esto, sin incluir el transporte de los materiales que, en muchos casos, exigió la colaboración de helicópteros.

Estas y otras actividades y programas coexisten con el de las giras permanentes de los religiosos, religiosas, animadores, delegados de la Palabra, en incesante búsqueda de una educación en la fe y la administración de los sacramentos.

La Formación Agustiniana en la delegación de Panamá

Pasados los primeros años, en los que nuestras Comunidades Agustinianas se fueron consolidando, dos de ellas no sin titubeos y cuestionamientos de futuro por parte de la Provincia, surgió muy pronto en ellas la inquietud vocacional. Dos dificultades parecieron bloquear, por algún tiempo, esta inquietud: por una parte, el número deficitario de religiosos, en las tres comunidades, junto con las esperanzas repetidamente fallidas de incorporación de nuevos miembros no permitía holgura para atender posibles aspirantes. Por lo demás la elevada desintegración familiar, en el país, y otros factores, hacían poco propicio el surgimiento del germen vocacional.

Sin embargo, la inquietud fue cuajando, y muy pronto empezamos a recibir preaspirantes y aspirantes en la residencia de la comunidad de Chitré. Nunca más de cinco simultáneamente, hasta el momento, conviven básicamente con la comunidad, hacen sus estudios secundarios en el colegio de enseñanza media local, participan en algunas tareas pastorales y reciben una formación cristiana y agustiniana complementaria. Para hacer estudios universitarios en la Universidad Católica de Panamá, pasan a vivir a nuestra comunidad de esta ciudad, prosiguiendo su formación moral y religiosa, y su iniciación agustiniana.

Nueva Casa de Formación: El Seminario

San Agustín de Panamá

El trabajo pastoral de los agustinos en la República de Panamá ha sido bendecido en los últimos años con una relativa abundancia de vocaciones panameñas. Varios jóvenes la mayoría de las zonas cercanas a las comunidades de Chitré y Tolé y dos sacerdotes ingresaron recientemente en la Orden, planteando la necesidad de una seria programación de la pastoral vocacional y el reto de realizar su formación en el propio país.

Todos los religiosos de la Delegación acogieron el proyecto con el mayor interés, lo que hizo posible su progresiva realización. En 1984 se adquiere un terreno apto para tal fin y ubicado en Villa Zaíta, Las Cumbres, a las afueras de la ciudad capital. En 1990 se entrega a la Arquidiócesis la ya por entonces Parroquia de Santa Marta. El 16 de diciembre del mismo año se firma el contrato para la construcción del futuro Seminario San Agustín, bajo la responsabilidad del P. Rafael del Valle.

Un año antes, los hermanos de la Provincia de Filipinas han regresado a Nicaragua y han abierto también una casa de formación en San José de Costa Rica, bajo la coordinación del P. Aurelio Malagón. Surge entonces el proyecto de cooperación interprovincial (entre la Prov. Matritense y la de Filipinas) en orden a constituir una única Provincia centroamericana bajo el patrocinio de Nuestra Señora de la Paz. Cooperación que debería realizarse progresivamente y comenzando por unificar las etapas de formación: prenoviciadofilosofía en Panamá, noviciado en Nicaragua, teología en San José de Costa Rica.

El 7 de octubre de 1991, el P. General, Fr. Miguel Angel Orcasitas (que ya dos años antes había bendecido la primera piedra en una sencilla ceremonia) inaugura oficialmente el nuevo Seminario San Agustín de Panamá. Consta de 5 módulos (dos dormitoriossala comunitaria, capilla, biblioteca y cocinacomedorlavandería), con posibilidad de levantar otra planta en uno de los dormitorios. Un total de 18 habitaciones individuales son suficientes por el momento, quedando el Seminario situado en una zona agradable y con espacios verdes.

La primera Eucaristía se celebra en el Seminario el 12 de diciembre de 1991, fiesta de Ntra. Sra. de Guadalupe, y para el comienzo del curso escolar (marzo de 1992) se constituye la primera Comunidad de formación interprovincial: P. José Ulloa Mendieta (Mat.), Prior, P. Jaime Valdivia Pinell (Fil.), Coordinador de la formación, y P. Miguel Angel Keller PérezHerrero (Mat.), Subprior y Ecónomo. Los seminaristas son 12, la mitad de ellos ya profesos, procedentes de Panamá (5), Costa Rica (3), Nicaragua (3) y Honduras (1). Cursan estudios de Filosofía en el Seminario Mayor San José de Panamá y han iniciado con entusiasmo la elaboración de su proyecto de vida.

Dentro del mismo proyecto de cooperación interprovincial se encuadran otras dos casas de formación: noviciado de Ntra. Sra. de la Piedra en Dipilto (Nicaragua) y teologado en San José de Costa Rica (Seminario S. Agustín, construcción iniciada en febrero de 1992). Son las primeras bases, humildes pero ilusionadas, de la futura Provincia Centroamericana. El proyecto cuenta en mayo de 1992 con 16 sacerdotes, dos profesos de solemnes, 10 profesos de simples, 5 novicios, 6 prenovicios y otros 12 aspirantes.

Colegio San Agustín de David

Con posterioridad a nuestra erección como «Vicariato», procedimos, en 1997, a nuestra quinta fundación: La Comunidad del Colegio San Agustín de David (Chiriquí). Fundado este colegio en 1952 por los frailes de San Vicente de Paúl, pasa en 1967 a propiedad de la diócesis y entregado a los Hermanos Maristas, que lo regentan hasta 1996. El 1º de Enero de 1997, se hace cargo del mismo nuestro Vicariato y se instala la primera comunidad, integrada por los Padres Juan José Sánchez, Raúl Serrano y José Manuel Moreno.

Nuestras cinco fundaciones han experimentado un notable proceso de desarrollo en edificios y programas, sólo frenados por la limitación de recursos. Son muchos los religiosos de la Provincia que dedicaron una parte importante de su vida a la acción evangelizadora, educadora, humanizadota en tierras panameñas. Tres de ellos dieron su vida en acto de servicio: el P. Tomás Sánchez, víctima de una leucemia fulminante; el P. Fernando Valenzuela de un infarto sorpresivo; el P. Moisés González, ahogado en las aguas del Tabasará en fidelidad a compromisos adquiridos, pese a los riesgos. El actual obispo de David, Mons. José Luis Lacunza (OAR), ante los fervorosos testimonios presentados en la conmemoración de los 25 años de la muerte del P. Moisés (18 de Diciembre,2005), estimuló a emprender acciones para promover su beatificación.

Misión de Tolé, República de Panamá

Generalidades Nacionales

Superficie 75.517 Km2

Población (1990) 2.329.329

Densidad hab,/Km2 30.7

Natalidad (198590) 26,7

Mortalidad (198590) 5,2

Esperanza de vida al nacer (198590) 72,1

Población urbana (1988) 54%

Analfabetismo (1985) 11,8%

Católicos 85%

Protestantes 4,7%

Musulmanes 4,5%

Otros 5,8%

Arquidiócesis (1991) 1

Diócesis (David, Chitré, Santiago) " 3

Diócesis misionera (Colón) " 1

Prelatura (Bocas del Toro) " 1

Vicariato (Darién) " 1

Obispos " 10

Sacerdotes seculares panameños " 73

Sacerdotes seculares extranjeros " 42

Sacerdotes religiosos panameños " 28

Sacerdotes religiosos extranjeros " 179

Diáconos permanentes panameños " 25

Hermanos religiosos panameños " 6

Hermanos religiosos extranjeros "40

Hermanas religiosas panameñas " 128

Hermanas religiosas extranjeras " 376

Ingreso por habitante (1988) US$ 2.120

Mediana del ingreso mensual/hogar US$ 244

Tasa de inflación (198088) 3.3%

Generalidades de la Misión

Fecha de su fundación 1969

Superficie 1.319 Km2

Clima Tropical

Población total en 1991 33.319

Población indígena en 1991 22.069

Número de viviendas (1991) 5.417

Viv. sin agua potable (1991) 78%

Viv. sin baño (1991) 64%

Viv. con piso de tierra (1991) 81%

Viv. sin luz eléctrica" 87%

Viv. con televisor (1991) 10%

Viv. con radio (1991) 38%

Jefe del hogar: varón 81%

Jefe del hogar: mujer 19%

Han iniciado o reciben enseñanza ('91) 26.309

De este total anterior

. no completaron primaria 40%

. completaron primaria 48%

. completaron secundaria 8%

. completaron Universidad 0.4%

Alimentacion: A base de arroz, en primer lugar, seguido de maíz, yuca y otros tubérculos y rizomas. Frijoles porotos, en mucha menor proporción. Frutas, de un modo esporádico. Algo de pescado y verduras. Muy poca carne y leche o derivados.

Enfermedades: Broncopulmonares en un porcentaje altísimo. Gastrointestinales. Causa principal de toda enfermedad es la mala nutrición.

Medios de Vida: Agricultura y ganadería extensivas, insuficientes para el autoabastecimiento. Rendimientos muy bajos.

Religión: La gran mayoría se consideran católicos. La asistencia a la misa o a la Celebración Dominical de la Palabra es muy baja. Son inmensa mayoría los bautizados, aunque muy pocos quienes se casan por la Iglesia.

Las sectas más presentes son: Misión Nuevas Tribus, Testigos de Jehová, Asambleas de Dios, Iglesia del Dios de la Profecía, Doctrinales. La religión MamáChi, practicada únicamente por indígenas, nació en esta región en los años sesenta.

Métodos de Evangelización: Misas, sacramentos, celebraciones de la Palabra, catequesis, asambleas familiares, patronales, delegados de la Palabra, sacramentales, visitas domiciliarias, etc.

Métodos de Promoción Social: Cursos teóricoprácticos sobre agricultura, piscicultura, ganadería, explotación forestal, costura, primeros auxilios, salud, medicina preventiva, higiene, etc.